Las críticas en los Estados Unidos no terminan de hacerle justicia a esta extraordinaria película que es mucho más que las impresionantes actuaciones (y transformaciones físicas) de Matthew McConaughey y Jared Leto. Este relato acerca de un cowboy homofóbico que, en los años ’80 en Texas, contrae sida –en una época en la que la enfermedad era vista como “la peste rosa”– no es sólo la historia de una transformación personal sino un retrato íntimo de la vida con HIV en esos temibles años.
Sin sentimentalismos ni excesivas lecciones de vida, con una intensidad inusitada, Vallée cuenta la historia de un hombre bastante desagradable que, por motivos puramente personales, desafía a un sistema que no logra hacer nada contra la enfermedad y pone “palos en las ruedas” para su tratamiento experimental, convirtiéndose sin quererlo en un héroe de muchos en el largo proceso al crear el “Club” que da título al filme. Ese proceso lo va abriendo al mundo, sí, pero no de la manera forzada que uno espera de este tipo de películas “comprometidas”, sino de una mucho más honesta y realista.
roma dallasbuyersclubLa actuación del hoy tan en boga McConaughey es salvaje, desesperada y, finalmente, emocionante en un rol al que se lanza con alma y vida, sin paracaídas, lo mismo que el “renacido” Leto que encarna a una elegante/decadente drag queen que se convierte en la inesperada aliado de nuestro anti-héroe.
Pero el gran triunfo de DALLAS BUYERS CLUB (que aquí llevará el, ay, subtítulo de EL CLUB DE LOS DESAHUCIADOS) es el del director, que se corre de los caminos ya recorridos para lanzarse a hacer de una biografía un relato crudo, humano y lleno de contradicciones. Es una película que dará que hablar y no sólo por las actuaciones de sus protagonistas.