El club de los desahuciados como se conocerá en nuestro país el film de Jean Marc Vallee es el film de corte más independiente dentro de los nominados al Oscar de este año. Filmada en poco más de 20 días con un acotado presupuesto de cinco millones de dólares cuenta con el curioso dato de estar nominada por su maquillaje habiendo sido su costo de apenas poco más de 200 dólares ( las dermatitis de los enfermos de HIV fueron realizadas con sémola y harina de maíz ) y de ser su vestuario adquirido en ferias americanas cercanas al set de filmación
El relato se basa en las más de 20 horas de entrevistas realizadas por Craig Borten a Ron Woodroof y nos presenta en primera persona el camino recorrido por este personaje para convertirse en uno de los iconos de los ochenta en la lucha contra la industria de los medicamentos.
Matthew Mc Conaughey, atravesando sin lugar a dudas el mejor momento de su carrera, interpreta a un homofóbico texano amante del rodeo, promiscuo y adorador de todos los abusos posibles (alcohol, sexo, drogas, etc)
Luego de desvanecerse ,en el marco de un accidente laboral, es diagnosticado con HIV y la sentencia es tan terminante como específica: le quedan treinta días de vida. Eran tiempos en que la enfermedad se encontraba íntimamente ligada (en el imaginario social) con la homosexualidad y nada podía ser peor para este tejano que sentirse incluido en este universo que el claramente menosprecia.
Luego de obtener este terrible pronóstico se le niega la posibilidad de acceder a tratamiento médico alguno y es en este momento cuando nace en su interior una pulsión tan intensa por vivir como por rebelarse por esa industria que condenaba a tantos enfermos a una muerte segura.
Woodroof replica la táctica de ataque del síndrome para utilizarla contra la industria: a través de sus acciones intenta evadir sus defensas para desde allí destruirla. Comienza a investigar las causas del HIV descubriendo que el mismo está relacionado con conductas imprudentes que exceden a la homosexualidad y obtiene la certeza que el tratamiento de AZT es aún más nocivo que la enfermedad misma
A partir de entonces comienza a recorrer el camino del héroe convirtiéndose en un traficante de medicamentos no autorizados en los Estados Unidos que el comercializa a través de un Club de Ventas a enfermos terminales. Y no estará solo en la administración de este club de ventas sino que Rayon ( Jared Leto en una interpretación que tal vez pueda valerle un merecidísimo Oscar este año ) se convertirá en la viva imagen del cambio ideológico operado en el tosco tejano.
El Club de los desahuciados se convierte de esta forma en un relato ágil, doloroso y por demás interesante sobre las múltiples facetas que enmarcaban al HIV en sus primeros años. La discriminación , la estigmatización , el inescrupuloso manejo de la industria farmacológica son mostradas de forma descarnada en el maravilloso relato de Valleé
Un montaje furioso junto con el uso del recurso de la cámara en mano nos hace sentir en carne propia esa pulsión desordenada que impulsa al protagonista a buscar su propia salvación. La banda de sonido a cargo de la banda Marc Bolan logra también transmitir esa sensación de extrañeza que se presenta en todo aquel que se sabe condenado. Porque este es el hilo conductor de las acciones tanto de Rayon como de Ron el saber que ese mismo destino que los estigmatiza es el que los impulsa.
“…Las personas vienen y personas se van, algunos se mueven rápido y algunos se mueven lento… ” Rezan los versos de Life is strange uno de los icónicos himnos del glam de los setenta , y los personajes de este relato claramente están en conciencia de esta realidad y eligen ser los que se mueven rápido para lograr torcer su destino.
El Club de los desahuciados es sin lugar a dudas un film de una contundencia absoluta que sin golpes bajos y armado de tremendas actuaciones logra introducir al espectador en ese universo de desidia institucional que tantas vidas se cobró en los noventa. Que nos permite ser testigos de la transformación de este tosco hombre homofóbico y mundano quien sin proponérselo termino liderando una revolución que excedió su propia vida.