Lo hemos dicho muchas veces: Jason Statham es la mejor noticia que tuvo el cine de acción en la última década y media (y uno de los actores a los que mejor les queda un traje negro). El tipo anda siempre con cara adusta y siempre resulta simpático: un auténtico misterio. Aquí tiene que defender a una nena de mafiosos, policías y algunos otros peligros, y de paso redimirse. La historia es lo de menos: larga vida (y muchas patadas) para el señor Statham.