Aún cuando han pasado más de 50 años, la humanidad sigue haciendo películas de la segunda guerra mundial. Es natural que una y otra vez recuerden una de las peores tragedias de la humanidad en miras de que nunca se vuelva a repetir algo así. Pero hay que ser muy cuidadoso en cómo contar las historias. Hemos visto tantas, que las historias en lugar de sorprender, terminan cansando.
Pero es refrescante cuando encuentran historias que desconocíamos, como la de Alan Turing. Matemático e introvertido, el señor Turing fue el responsable de inventar na máquina que, años después sería la predecesora de las computadoras. Y dicha máquina fue la responsable de haber ganado la segunda guerra mundial, pues descifró el mayor secreto nazi: el código enigma.
Interpretado por Benedict Cumberbatch, actor que posee un gran talento y que a pesar de su edad (cerca de los 40 años) tiene pocos reflectores; y dirigida por Morten Tyldum, el filme narra una historia que apenas salió a la luz en 2013, cuando la Reina de Inglaterra otorgó el perdón real a Turing, luego de haber sido perseguido por su homosexualidad, olvidando que gracias a su intelecto, el mundo fue capaz de derrotar a los nazis.
Intrigante, con unas buenas actuaciones (incluida Keira Knightley y Mathew Goode), The Imitation Game es un filme que todos deben disfrutar, no solo por la historia totalmente neva de la segunda
guerra mundial, sino por la misma calidad de la película y la fuerza de la interpretación de Cumberbatch que, aunque probablemente este no sea el año en que gane un oscar, nos hemos dado cuenta de que no le falta mucho para lograrlo.