La venganza viene con la batuta en la mano
Una magnífica co-producción entre Rusia y Francia que cuenta, en tono de comedia y con un ritmo envidiable, una historia de personajes relegados y olvidados que forjan su propia venganza.
En épocas de Leonid Brezhnev (secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética desde 1964), Andreï Filipov (un perfecto Alexeï Guskov) era el director de la célebre Orquestra del Bolshoi. Pero su presente es distinto: trabaja en el Bolshoi como empleado de limpieza. Fue material de desecho en la era comunista y más por haber protegido a sus músicos judíos.
Enfrentado al Director del Bolshoi, un funcionario burócrata del partido comunista, Andrei decide entonces reunir, con la ayuda de su viejo amigo Sacha (un espléndido Dmitry Nazarov que recuerda a Bud Spencer), a sus viejos camaradas que sobreviven realizando las tareas más eclécticas en Moscú y presentarse en el teatro Châtelet de París.
El director Radu Mihaileanu utiliza como punto de partida esta idea descabellada para retratar una sociedad, una época y a personajes actuales enquistados en un mundo desaparecido. Y lo hace con maestría, conduciendo la película como si se tratase de una orquesta en la que todos los instrumentos suenan afinados.
La descripción de los personajes (Sacha), las situaciones que enfrentan para volver al centro de la escena en París, la llegada al aeropuerto, y todos los contratiempos que atraviesan, están contados con ingenio y salpicados por la partitura musical que ejecutan: Tchaikovsky.
La trama también depara sorpresas, historias de amor, flashbacks en blanco y negro y presenta a la violoncelista Anne-Marie Jacquet (Mélanie Laurent, la de Bastardos sin gloria) que deberá presentarse en la función con estos "improvisados" que se ven impulsados por su pasión: la música. También se destaca Miou Miou dentro de un elenco sólido y muy creíble.
El concierto es una película altamente recomendable, reconfortante y muy graciosa que se convierte en una de las mejores propuestas en lo que va del año.