Anexo de crítica: A diferencia de lo que ocurría en El tren de la vida, el realizador rumano Radu Mihaileanu no acierta con el tono y el humor en su despareja El concierto, dejando entrever en una trama donde subyace el contexto de la Rusia comunista un mejor resultado a la hora de volcarse hacia el melodrama como pasaba en Ser digno de ser. Pese a estos desniveles en la estructura general del film, que toma la premisa de un viaje de un director de orquesta y su reencuentro con afectos y sobre todo con la música clásica, la fibra emotiva se moviliza promediando el desenlace en lo que sin lugar a dudas es uno de los mejores segmentos de la película. El actor Aleksei Guskov entrega a su personaje un sesgo de nostalgia y sensibilidad que aporta la épica necesaria a su travesía, aspecto que desde el guión se malogra considerablemente...