Honrosa excepción dentro de la chatura actual del género, El conjuro (2013) había significado un saludable retorno al mejor cine de terror de los años 70 y 80, deudor de directores como Carpenter, De Palma, Romero y Cronenberg. La película de James Wan se centraba en los Warren, una pareja de especialistas en fenómenos paranormales -compuesta por Ed (Patrick Wilson) y Lorraine (Vera Farmiga)- que ayudaba a una familia rural a combatir extrañas presencias dentro de su casa (presuntamente, la historia se basaba en un caso real). Tres años después, el espesor y las buenas ideas de aquel film tienen una secuela también a cargo de Wan, pero esta vez la acción se traslada a Inglaterra.