El conjuro 2

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

Retroceso

En 2013 aparecía El Conjuro, lo mejor de James Wan hasta el momento y se veía con esperanzas lo que parecía una vuelta al terror climático de los 70´s. Volver al fuera de campo en un momento del género en donde la corriente va hacia el lado del exceso de mostración y el terror se define como sobresalto suponía una apuesta arriesgada. Pero a pesar de haber funcionado muy bien en criticas y cantidad de espectadores nada cambió sustancialmente en el género a nivel mainstream luego de ese estreno. Ni siquiera el cine de Wan cambió luego de eso y El Conjuro 2, en ese sentido, marca varios pasos hacia atrás.

La historia se desarrolla en la Inglaterra de los 70´s, el caso, esta vez, involucra a una niña poseída por una extraña fuerza. El papel de los Warren será el oficiar de veedores de la Iglesia para confirmar si se trata de un caso de posesión y a partir de ahí, aceptar la necesidad de la práctica de un exorcismo. La cámara de Wan continúa siendo un personaje más en la historia, rasgo que probablemente le deba a Peter Medak y su aterradora The Changeling, pero está vez decide recurrir al sobresalto y al susto epidérmico en lugar de ingresarnos en el universo propuesto por medio de un clima sugestivo.

Los elementos fantásticos que están en juego son tantos, tan diversos y tan mostrados que por momentos dan más risa que miedo. Wan no sólo nunca había recaído en este error en su filmografía sino que, además, había construido una mirada sobre el género que apelaba justamente al trabajo con pocos elementos, todos muy puntuales, a los que distribuía progresivamente al tiempo que desarrollaba las acciones dramáticas. Estos elementos fantásticos nunca se establecían por encima ni de los protagonistas sino que eran trabajados casi como proyecciones de sus conflictos internos. Nada de esa mirada esta puesta en El Conjuro 2.

Hay una fuerte sensación de relleno en El Conjuro 2.

En la película sobran diálogos, hay secuencias irrelevantes argumentalmente y hasta hay una escena musical (si, así como lo leen). El Poltergeist de Enfield, caso real de los Warren en el que se inspira esta secuela es quizás, uno de los más interesantes de los que formó parte el grupo pero en el film es notorio que el director no supo como manejar esta historia para convertirla en relato, no sólo las ideas que propone no son claras sino que además no parece saber ni donde empieza ni donde termina su relato.

El Conjuro 2 era a priori, una oportunidad interesante para el género pero por varios motivos termina siendo un ejemplo más del estancamiento y mediocridad del género. Lo positivo es que en la historia del cine de terror, siempre, luego de estos momentos apareció un film que cambia realmente la visión y se convierte en estandarte de un nuevo ciclo.