Con un director de la talla de James wan (El juego del miedo, La noche del demonio y El Conjuro) llega la segunda de la última, una de las películas más celebradas en el género del terror.
Siete años después de los eventos de El Conjuro, Lorraine (Vera Farmiga) y Ed Warren (Patrick Wilson) desembarcan en Inglaterra para ayudar a una familia atormentada por una manifestación poltergeist en su hija. La trama está basada en el caso Enfield , registrado al final de la década de 1970.
Los archivos de Ed y Lorraine Warren vuelven a llevarse a la pantalla en El conjuro 2.
Como clásicas películas de terror de los 70 y los 80 como El exorcista o Poltergeist. La historia no busca utilizar el miedo y el susto constantemente, sino ir progresando lo a lo largo del film.
La primera mitad de la película funciona como catalizador de los eventos, incluso Wan se da el lujo de arrancar con uno de los casos más mediáticos y más cotizados en el cine como el de Amityville. Impregna mucho detalle a su historia, reforzando el concepto de “eventos reales”; incluso agrega situaciones de humor y familia; que pueden llegar a sobrar en el relato.
Las secuencias son el fuerte en la filmografía de Wan y si el espectador ya está acostumbrado al susto fuerte, el director busca dar más miedo y generar suspenso con sus silencios huecos y con la intrigante historia real de los Warren.
La casa funciona clásicamente como un personaje más del relato. Dejando de lado la obviedad de la posesión. Los recursos del género se intensifican ante la presencia de escenarios como sótanos, carpas y camas de niños.