Una saga terrorífica que empieza a oxidarse
No tan efectiva como sus antecesoras, con menos "jump scares" y sin la dirección de James Wan, la tercera entrega de El Conjuro alterna los componentes del cine sobrenatural en una trama más cercana al thriller judicial, algo que no siempre le sienta a la medida.
Los aportes de James Wan al rejuvenecimiento del cine de terror alcanzaron un punto de casi excelencia en 2013, cuando la primera El Conjuro llegó a las salas de cine. La aterradora historia real de los demonólogos Ed y Lorraine Warren contra la amenaza del espíritu maligno Bathsheeba hizo que más de unx durmiese con la luz prendida por un tiempo y se consolidó como una de las cintas de género más atractivas de la década del 2000, Un éxito pochoclero que encantó a la crítica, garantizando la apertura de spinoffs redituables con Annabelle y La Monja, aparte de la continuación de la historia madre. Ya sin Wan en la dirección, El Conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo sigue explorando los casos más reconocidos del matrimonio Warren pero sin la chispa de los inicios.
Tras una electrizante primera escena que vale por toda la película, donde Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) realizan el exorcismo de David Glatzel (Julian Hillard), un niño poseído por un demonio, El Conjuro 3 centra toda su atención en Arne Johnson (Ruairi O´Connor) -también presente en el exorcismo- y en la razón que lo llevó a cometer el asesinato de su casero. Sin spoilear demasiado la trama, "la razón" tiene mucho de sobrenatural y será motivo de preocupación para que los cazadores de demonios vuelvan a la acción.
Sin las casas embrujadas de la primera y segunda entrega, la acción central de la película ocurre en un estrado. Así, la saga adopta un tono de thriller judicial con tintes de horror, un camino pantanoso que no siempre la lleva por buen camino. Con menos cantidad de "jump scares" (sobresaltos) y una sensación de previsibilidad, Michael Chaves entrega un guion plano, advertencia sobre las primeras señales de podredumbre en el universo de la saga.
Patrick Wilson y Vera Farmiga gozan de una química excelente y en esta entrega, se ahonda en la relación de amor entre Ed y Lorraine Warren (ambos fallecidos, ella en 2019) logrando un resultado actoral más que destacable. En la evaluación final El Conjuro 3 entretiene pero no fascina; un resultado lamentable si la vara del/la espectadorx es alta.