El conjuro

Crítica de Alejandro Venturini - Alta Peli

En épocas difíciles para el género, “El Conjuro” de James Wan (director de “El Juego del Miedo”) viene a renovar nuestras esperanzas en el terror cuando todo parecía perdido.

Todo es creer o no creer

Cuando vi los trailers de “El Conjuro” pensé que iba a ser una película similar a la mediocre “Terror en Amityville” (2005) que se basa en hechos reales y hay una casa embrujada donde la familia no comprende qué es lo que ocurre. Si bien no fue tan errado mi prejuicio, debo admitir que esta película logró sorprenderme no sólo por cómo está narrada, sino también porque salí un poco sobresaltado de la sala.

La película comienza con el matrimonio Warren –Ed y Lorraine- que tienen un trabajo muy particular, investigar fenómenos paranormales. Ambos se complementan muy bien en esta labor ya que ella es una suerte de medium y él un ferviente cientificista que trata de explicar y racionalizar los acontecimientos anómalos con los que se cruza.

Luego de un prólogo que nos pone en clima mediante el caso de la muñeca poseída Annabelle (algo así como Chucky), se nos presenta a la familia Perron que se muda a una casa alejada de todo, junto a un lago. Ahí comienzan a suceder cosas continuamente que van aterrando a esta familia y la madre, Carolyn, decide ir en busca de los Warren que casualmente daban una charla en una universidad cercana.

Los Warren deciden corroborar el caso y visitan a la familia. “Algo terrible ha ocurrido aquí, Ed” le dice Lorraine a su marido y desde ese momento tratarán de ayudar a los Perron.

Ejércitos de la Oscuridad

¿Qué le aporta “El Conjuro” al género? La respuesta es simple: nada. Lo maravilloso es que luego de ser tantas veces engañado con otros filmes de terror anunciados como “la película más aterradora de todos los tiempos” y demás eslóganes, mis expectativas eran prácticamente nulas. Sin embargo hay algo que aprendí a valorar y es cuando los directores conocen sus límites y se circunscriben sólo a hacer su trabajo apegándose al género y dando como resultado una película simple.

Lo que vamos a ver ya lo vimos, y varias veces (por algo es de género), pero James Wan trabaja sobre un guión sólido con el tiempo necesario para narrar y una cadencia similar a la de “El Exorcista” (William Friedkin, 1973). Esto también se debe a un trabajo por parte de los hermanos guionistas, Chad y Carey Hayes. También, otro acierto que conserva “El Conjuro” es que los sobresaltos dados por medio de golpes de sonido raramente son engañosos ya que las alarmas funcionan correctamente y cuando el clima se tensa va en serio, demostrando que te pueden asustar hasta con un simple aplauso.

Esta película lleva consigo elementos de varios de los mejores filmes de terror así como también referencias, tal es el caso de los títulos iniciales que corren hacia arriba como “El Resplandor” (Stanley Kubrick, 1980).

Conclusión

“El Conjuro” tiene un tempo particular en donde todo se concatena de una manera tan continua y natural que incluso se debilitan los plot points, incluso no afecta la trama notoriamente. Además, la película de James Wan logra entretener y asustar desde la simpleza, sin grandes efectos que busquen asquear al espectador.