Christian Wolff (Affleck) es un genio de las matemáticas con más afinidad para los números que para la gente. Detrás de la apariencia de oficina de contadores públicos de una pequeña ciudad, Wolff trabaja como contador autónomo para algunos de las organizaciones criminales más peligrosas del mundo. Christian, con la División Judicial de Delitos del Departamento del Tesoro, administrada por Ray King (J.K. Simmons) empezando a asediar, se hace cargo de un cliente legítimo: una compañía de vanguardia en robótica en donde una auxiliar contable (Anna Kendrick) ha descubierto una irregularidad que involucra a millones de dólares. Pero a medida de que Christian se acerca a la verdad, son los números de bajas los que comienzan a incrementar.