El corte es un sorprendente relato de supervivencia con ecos apocalípticos, situado en un conurbano asediado por un calor agobiante y la sorda amenaza del desabastecimiento. El prolongado corte del suministro eléctrico, a modo de diario de una agonía, instala un tiempo elástico que se evade y se repite, que funciona como detonante de disputas y artífice de una opresiva penumbra goyesca, entrelazando la historia de los que vuelven, los que escapan y los que permanecen. Aún con algunas marcas de amateurismo, la ópera prima de Regina Braunstein y Agustina González Bonorino demuestra un intento por articular la mirada social con la impronta de género, que hace de sus directoras dos nombres a tener en cuenta.