El corte es una verdadera sorpresa, una película que en manos de cualquier otro director podría haber caído en una narración chata que antepone el mensaje por sobre el cine. Por suerte no es así, esta película co-dirigda por Agustina Gonzalez Bonorino y Regina Braunstein parte de un hecho real pero es retratado como si se tratara de una de suspenso.
Todo comienza con el corte de luz en una zona del gran Buenos Aires que termina convirtiéndose en un estallido social contra las empresas eléctricas. Las directoras siguen cuatro historias que en ciertas secuencias se cruzan. No conviene adelantar mucho porque se perdería la sorpresa pero todas parecen estar marcadas por una tensión en escala. A través de estas distintas historias y personajes las realizadoras retratan una época del país y como un barrio se va volviendo peligroso, incluso para los mismos vecinos. La amenaza la mayor parte del tiempo es invisible y se va apoderado de todo poco a poco, el robo se convierte en moneda común y el miedo puede aparecer desde cualquier plano, como si en el fondo las directoras tuvieran a Asalto al precinto 13 y Halloweende John Carpenter como referente.
También es importante resaltar la importancia de la mirada, muchas situaciones comienzan con alguno de los personajes centrales viendo lo que le está ocurriendo a otro en una escena que vimos anteriormente. Y no se queda solo en eso, se le da valor a la imagen para que hable por sí sola, para que las acciones de los personajes sean comprensibles. A la vez le saca esa mala imagen al acto delictivo, ya que como se muestran en varios casos, responde a distintas inquietudes. A eso súmenle las excelentes y naturales actuaciones de todos los involucrados.
El corte es una gran película cuyo único pecado es que dure apenas 68 minutos, aunque eso es también lo que logran sus dos directoras, que durante ese tiempo estemos envueltos en el mundo que nos proponen.