Su narración tiene bastante actualidad y se encuentra basada en hechos reales, sucedió en Quilmes en el 2014, a raíz de un corte energético de varios días, varias personas de todas las edades, quedan a la deriva sin luz y por lo tanto sin agua. A partir de esto van surgiendo distintos problemas y quedan al descubierto los comportamientos humanos.
Se suma la falta de productos en los comercios, los abusos, el desamparo, una parte de la población que se encuentra sin respuesta de las empresas y autoridades, temperaturas agobiantes, crece la angustia, la impotencia, la desconfianza y la desprotección, también los saqueos y el miedo constante. Acompaña una buena música y fotografía. Las imágenes hablan por sí solas y las actuaciones resultan efectivas.