Hernan Guerschuny sabe mucho de cine y es el director de una película que sorprenderá gratamente al espectador, bien hecha, técnicamente impecable y con un plateo muy gracioso. Un típico crítico, amante del gran cine, que es ácido en su reseñas, que piensa en francés, que ama la nouvelle vague, reprimido amargado, se enamora de una mujer que es su opuesto y comienza a vivir con ella una historia de amor que parece sacada de una comedia típica de esas que el critico odia con ansia. Aun con algunos situaciones criticables, el resultado es fresco, distinto. Muy bien Rafael Spregelburd y Dolores Fonzi