“EL CRÍTICO”: LA TRAMA CONTRA EL PROTAGONISTA
Las luces se apagan, una función de prensa más está por comenzar y todo parece transcurrir de forma normal hasta que, de repente, los mismos periodistas se dan cuenta que ésta vez la trama habla de ellos mismos. Víctor Tellez trabaja en los medios como crítico de cine y un adjetivo muy particular lo define: exquisito.
Semana tras semana su empleo lo hace pasar varias veces frente a la gran pantalla para adelantarle al público las películas que se están por estrenar. Sin embargo, el protagonista – recreado por el actor Rafael Spregelburd – se diferencia por la severidad y la búsqueda de un séptimo arte original, distinto y para nada repetitivo ante cada obra.
Esta lucha por mejorar el cine que Víctor parece amar, aunque se esfuerza por no demostrarlo en lo más mínimo, se ve reflejada en la dureza de sus notas en las que no duda en destruir un film de ser necesario. Enemigo acérrimo de los finales previsibles, de los cambios inverosímiles de trama y de los finales rosa, muchas veces Téllez no es tomado en serio por su forma de ver el cine.
De apariencia soltero o por lo menos divorciado, el crítico tiene una hermana, una sobrina, varios enemigos entre los directores y una vida rutinaria que la llegada de una mujer viene a intentar cambiar. Es el personaje de Dolores Fonzi, Sofía, quien aparece en su camino y se interpone ante su búsqueda.
Sin previo aviso, la insensibilidad y dureza del hombre se enfrenta a la calidez y fragilidad de la mujer. En un juego por momentos divertido y de a ratos imperceptible transcurren los aproximadamente 100 minutos que dura el film dirigido por Hernán Guerschuny.
Si bien el largometraje tiene detalles interesantes como son el hecho de que el personaje piense en otro idioma y el constante subtitulado a pesar de que está hablado en español, no deja de ser cierto que la historia planteada pone como antagonista por al mismísimo protagonista. Lo que busca contar el director va en contra del papel de Téllez, para el cual él mismo preparó el guión.
Simpática en algunas escenas y desconcertante, en un mal sentido, cuando se llega a sentir que hay momentos que no aportan demasiado a la historia o en las que el argumento pierde el atractivo que parecía tener. Rara es una palabra demasiado abstracta y subjetiva pero que a esta película le queda a la perfección.
Un relato que no llega a ser aburrido pero si pintoresco, inconsistente por momentos y creado por un director que no se destaca, por representar un mundo demasiado conocido para quienes opinarán sobre su obra, pero que quizás expone una crítica sobre el mundo cinematográfico, a través de su intento por no recaer siempre en el mismo final. Dependerá del análisis personal ver qué tan exitoso fue el intento de Guerschuny por escapar de los clichés y los lugares comunes o si en todo caso terminó fracasando a pesar de conocer cómo piensa “El Crítico”.