“EL PLANETA DE LOS SIMIOS: CONFRONTACIÓN”: LUCHA POR LA SUPERVIVENCIA Luego del relanzamiento de la franquicia en el año 2011 – con la película que se conoció bajo el título “Rise of the Planet of the Apes” – llega la continuación de esta historia varias veces presentada en la pantalla grande desde la década del 60. En esta ocasión el largometraje, dirigido por Matt Reeves y con una duración que supera las dos horas, cuenta la evolución del virus que Will Rodman (James Franco) estaba probando en simios y que causa la muerte de la mayoría de los seres humanos. Malcolm y Dreyfus son protagonizados por Jason Clarke y Gary Oldman quienes deben defender a la comunidad de hombres, mujeres y niños que fueron inmunes al virus ALZ – 113 creado para incrementar la inteligencia de los primates. Ellos enfrentarán a Cesar (Andy Serkis), líder de los simios, que trata de confiar en los humanos a pesar de ser desafiado por algunos de los de su propia especie como Koba (Toby Kebbell). Los orangutanes creían estar solos después de años sin tener noticias del hombre, a quien consideraban su principal amenaza, e igual de confiados estaban estos últimos que no habían visto a un simio en un largo tiempo hasta que la necesidad de la comunidad humana cruzó la vida de ambas razas en busca de la energía que necesitaban aquellos para subsistir. Tanto de un lado como del otro había dos bandos: los que estaban a favor de la cooperación entre simios y hombres, en oposición a los que directamente consideraban que la guerra era la única opción. Malcolm y Cesar, a pesar de la desconfianza inicial, siempre trataron de llegar a un acuerdo para demostrarles a sus pares que podían imponerse el respeto y la convivencia. Sin embargo, Koba sería el principal obstáculo para el entendimiento de las partes e intentaría convertirse en el nuevo líder de los simios, poniendo a todos en riesgo. En el film se pueden ver desde efectos especiales hasta un trabajo sumamente detallista de parte de los actores que deben recrear a los simios. Son 130 minutos a la altura de una franquicia que viene de larga data, a diferencia de la remake llevada a cabo por Tim Burton en 2001 que nada tiene que ver con el relato que continua Reeves. Destacable por la ambientación de las escenas, por la forma de comunicarse de los primates, sin tintes futuristas innecesarios y con un mensaje claro respecto de la evolución de las especies, en la que el simio está involucrado debatiéndose por ver el lugar que ocupa en relación al hombre. Distinto para una película de ciencia ficción que no suele tener ese tipo de contenido oculto dentro del guión y que se puede ver en 3D aunque no es recomendable, ya que escasean las escenas que ponen en valor este tipo de cine. Probablemente una mejor puesta en práctica de las tres dimensiones quedará pendiente o continuará de la mano de quien tome las riendas de un final abierto.
“OLDBOY: DÍAS DE VENGANZA”: DRAMA, SUSPENSO Y VENGANZA 0 Publicado el: 03/07/14 Oldboy Joe Doucett es un ejecutivo vinculado al mundo de la publicidad al que las cosas no le están saliendo para nada bien y termina arruinando el único negocio que parecía estar cerrando con éxito. Sumido en la depresión producto del alcohol, llega hasta el bar de su amigo Chucky (Michael Imperioli) quien decide no abrirle y acaba siendo secuestrado para quedar preso por los próximos 20 años pero no en una cárcel normal. Dirigida por Spike Lee y protagonizada por Josh Brolin, Elizabeth Olsen y Sharlto Copley, “Oldboy” es una remake estadounidense – homónima de la versión surcoreana – relata la historia de una venganza que Adrian (Copley) llevará a cabo de la forma más despiadada contra Joe Doucett, un ex compañero de secundaria, a quien culpa de haber arruinado a su familia. Después de 20 años, el publicista es dejado en libertad con tan poca explicación como la que había tenido al ser privado de la misma y luego de vivir dos décadas a base de comida china y vodka se encuentra ante la posibilidad de obtener una respuesta a todas sus preguntas. Aquel tiempo durante el cual estuvo detenido si bien lo volvió antisocial también fue su preparación a la espera de un posible escape. Una lucha diaria por traspasar esas cuatro paredes que lo atrapaban impidiéndole demostrar su inocencia en el supuesto asesinato de su ex esposa del que lo inculpaban en televisión y privándolo de su última chance para recuperar a la hija que había perdido. El film se estrenó en Estados Unidos durante el transcurso del año pasado sin éxito en lo absoluto pero, a pesar de esto, los 104 minutos de duración muestran un relato atrapante, de una agresividad psicológica pocas veces vista, violenta sobre el final, cruda por momentos y desconcertante a la vez. Sin embargo, es cierto que le falta claridad para que el espectador no se pierda y comprenda el final bien concreto que eligió el director. Ayudado por sus amigos, Joe Doucett (Josh Brolin) comienza la búsqueda tras ser abandonado en un campo, con plata y un celular a disposición. El otrora publicista se convertirá en un despiadado asesino en los momentos que lo ameriten para alcanzar su objetivo cueste lo que cueste. Uno a uno va siguiendo a los cómplices de quien dio la orden para secuestrarlo ayudado también por Marie Sebastian (Elizabeth Olsen), una médica voluntaria que conoce en su persecución y con quien, al mismo tiempo, serán participes involuntarios de la venganza planeada por Adrian. Un final inesperado pone cierre a una película lenta en su parte inicial debido a que todo transcurre en una habitación, que logra transmitir la sensación de encierro justa. Luego el protagonista ya libre y la necesidad de arribar a un desenlace provocan un cierto dinamismo que Spike Lee busca provocar dotando de habilidades poco creíbles a un personaje distinto del que había planteado en un principio. Aquel que se acerque a la pantalla grande deberá entonces responder a la siguiente pregunta: ¿Llega a consumar Joe Doucett su venganza por el secuestro o agrava la planeada por Adrian? El dilema ya quedó planteado, cada uno deberá resolverlo.
“UN GOLPE DE TALENTO”: CAMINO A LAS GRANDES LIGAS Basada en una historia real, la película del director Craig Gillespie cuenta la historia de dos chicos indios que son descubiertos por un cazatalentos estadounidense llamado J.B. Bernstein, que junto a su compañero Ash Vasudevan (Aasif Mandvi) tienen una empresa que se dedica al manejo de jugadores de distintos deportes como el baseball o el fútbol americano. Jon Hamm es el protagonista de “Un golpe de talento” que dura apenas más de dos horas en el que su trabajo como manager deportivo ha caído en desgracia. Ante estas complicaciones, él decide ofrecerle un negocio al señor Chang (Tzi Ma), un inversor de deportes interesado en atletas asiáticos: ir en busca de talentos a la India, una fuente de nuevos espectadores y consumidores del deporte. Allí J.B. y Ash se encontraron al principio con una importante decepción por no poder encontrar un verdadero talento, al menos un joven que pudiera lanzar la pelota a 80 millas por hora. Sin embargo, el reality siguió pasando ciudad por ciudad hasta encontrar a Rinku Singh (Suraj Sharma) y Dinesh Patel (Madhur Mittal). Ellos dos fueron finalmente seleccionados para viajar a Norteamérica y comenzar a entrenarse con Tom House (Bill Paxton) para ser pitchers de baseball. Al poco tiempo iban a tener que realizar una prueba, ya que J.B. Bernstein había prometido llevar a cabo esta búsqueda en el plazo de un año, pero ellos no iban a estar listos. Todos iban a quedar decepcionados con el protagonista por no preocuparse debidamente por estos chicos pero él cambiaría su forma de actuar producto de la relación que comenzaría con su vecina, Brenda. Dos jugadores, un manager en apuros, una relación amorosa y un entorno de negocios iban a transformarse en una nueva oportunidad en la vida de todos, incluido Amit Rohan (Pitobash Tripathy) quien los acompaño desde India para llegar a cumplir su anhelo de ser director técnico de este deporte. “A million dollar arm” (por su título en inglés) es un relato interesante, basado en una historia que se volvió real para la vida de dos muchachos que jamás lo hubiesen imaginado, donde lo importante dejan de ser los negocios y pasan a ser las personas que se esfuerzan por alcanzar un objetivo: ser jugadores de baseball. A pesar de esto, el largometraje se centra demasiado en la vida de este empresario desdichado sobre quien el director – por momentos – centra la historia, quedando Dinesh y Rinku fuera de escena. Gillespie si bien muestra los cambios de ánimo por los que van atravesando, pasando de la decepción a la ilusión y del fracaso a la alegría, deja sin explotar muchas aristas de la vida de estos nuevos talentos más allá del momento en que los descubren y de lo que, a grandes rasgos, es evidente desde un comienzo.
“EL CRÍTICO”: LA TRAMA CONTRA EL PROTAGONISTA Las luces se apagan, una función de prensa más está por comenzar y todo parece transcurrir de forma normal hasta que, de repente, los mismos periodistas se dan cuenta que ésta vez la trama habla de ellos mismos. Víctor Tellez trabaja en los medios como crítico de cine y un adjetivo muy particular lo define: exquisito. Semana tras semana su empleo lo hace pasar varias veces frente a la gran pantalla para adelantarle al público las películas que se están por estrenar. Sin embargo, el protagonista – recreado por el actor Rafael Spregelburd – se diferencia por la severidad y la búsqueda de un séptimo arte original, distinto y para nada repetitivo ante cada obra. Esta lucha por mejorar el cine que Víctor parece amar, aunque se esfuerza por no demostrarlo en lo más mínimo, se ve reflejada en la dureza de sus notas en las que no duda en destruir un film de ser necesario. Enemigo acérrimo de los finales previsibles, de los cambios inverosímiles de trama y de los finales rosa, muchas veces Téllez no es tomado en serio por su forma de ver el cine. De apariencia soltero o por lo menos divorciado, el crítico tiene una hermana, una sobrina, varios enemigos entre los directores y una vida rutinaria que la llegada de una mujer viene a intentar cambiar. Es el personaje de Dolores Fonzi, Sofía, quien aparece en su camino y se interpone ante su búsqueda. Sin previo aviso, la insensibilidad y dureza del hombre se enfrenta a la calidez y fragilidad de la mujer. En un juego por momentos divertido y de a ratos imperceptible transcurren los aproximadamente 100 minutos que dura el film dirigido por Hernán Guerschuny. Si bien el largometraje tiene detalles interesantes como son el hecho de que el personaje piense en otro idioma y el constante subtitulado a pesar de que está hablado en español, no deja de ser cierto que la historia planteada pone como antagonista por al mismísimo protagonista. Lo que busca contar el director va en contra del papel de Téllez, para el cual él mismo preparó el guión. Simpática en algunas escenas y desconcertante, en un mal sentido, cuando se llega a sentir que hay momentos que no aportan demasiado a la historia o en las que el argumento pierde el atractivo que parecía tener. Rara es una palabra demasiado abstracta y subjetiva pero que a esta película le queda a la perfección. Un relato que no llega a ser aburrido pero si pintoresco, inconsistente por momentos y creado por un director que no se destaca, por representar un mundo demasiado conocido para quienes opinarán sobre su obra, pero que quizás expone una crítica sobre el mundo cinematográfico, a través de su intento por no recaer siempre en el mismo final. Dependerá del análisis personal ver qué tan exitoso fue el intento de Guerschuny por escapar de los clichés y los lugares comunes o si en todo caso terminó fracasando a pesar de conocer cómo piensa “El Crítico”.
“NADIE VIVE”: BASTA DE SALSA DE TOMATE Si este largometraje no fuese de un director japonés, realmente llamaría la atención de todo el mundo por lo sanguinario, asqueroso y satírico que es al mismo tiempo y sin terminar de definirse nunca. Sin embargo, viniendo de las manos de Ryuhei Kitamura es lógico que esto sea así. A lo largo de los 86 minutos de duración, la historia cuenta cómo una pareja que circula por la carretera yendo de pueblo en pueblo se cruza con una banda de delincuentes, que acababan de asesinar a una familia, sin imaginarse éstos que la persona que secuestraron terminará siendo su peor pesadilla. Pero todo empeorá aún más cuando descubren que el hombre, por el que planean pedir rescate, es también el responsable de haber secuestrado a Emma Ward (hija del dueño de una famosa editorial) hace largo tiempo y a quien todavía busca la policía. Siendo ésta toda la trama de la película, lo único que queda por averiguar es si alguien logrará sobrevivir al psicópata (protagonizado por Luke Evans) que acaban de secuestrar. Transformándose un pedido de rescate en una verdadera cacería, totalmente irreal, increiblemente piadosa a veces y absurda hasta el punto de demostrar que para el cine no se utiliza sangre de verdad sino pintura roja o salsa de tomate. Con un inicio plagado de verdadero suspenso, una parte media que intenta ser de terror generando más asco que otra cosa y un final con pasos de comedia totalmente fuera de tono, No One Lives – por su título en inglés – minuto a minuto va siendo cada vez peor y dan más ganas de que llegue el final que de quedarse pegado a la silla tapándose los ojos. Un film que incita permanentemente a mirar el reloj, en donde la brutalidad y el miedo del cine de terror se transforman en verdadero asco y con un final poco acorde que le quita sentido. Sólo podrían rescatarse las carcajadas que logran sacar el psicópata y la banda delictiva por momentos aunque – claramente – nada tienen que ver con este género ni con lo que el público espera encontrar en este tipo de película.
“AIRES DE ESPERANZA”: DON DRAMÓN ¿Rearmar nuestra vida? ¿Es acaso esto posible? Adele (Kate Winslet) y Henry (Gattlin Griffith) viven preguntándose esto todos los días, sufriendo una soledad inusual para dos personas que están juntos permanentemente. Madre e hijo se mimetizan en una misma situación producto de la depresión que afecta a la mujer por las dificultades que tuvo para quedar embarazada y que terminaron con su matrimonio. Sin embargo, lo que cada semana era una rutinaria visita al supermercado termina con la previsibilidad de sus vidas al encontrarse con un preso que logra escapar de la policía. Ocultándolo en su casa, lo que comienza siendo un lugar donde resguardarse se convierte en el nuevo hogar de Frank Chambers, protagonizado por Josh Brolin (Men in Black III y Gangster Squad), que casi pasa a ser un integrante más de la familia. El miedo que en un principio irradia como cualquier criminal, día a día se va perdiendo al mostrarse amable sin llegar a ser nunca una amenaza real. Frank limpia, cocina, arregla, juega y cuida de Henry y Adele; haciendo que la tensión producida por el encuentro inicial se vaya diluyendo en tan solo un par de días. Luego de un fin de semana que transitan los tres juntos, Adele y Frank planean irse a vivir a Canadá con el hijo de ella y quien queda más expuesto es éste último estando a punto de comenzar un nuevo año escolar y con un padre biológico que apenas aparece. Protagonizada por estos dos reconocidos actores que con sus actuaciones hacen de la historia un verdadero drama, a lo largo de los 111 minutos de duración se cuentan los distintos caminos de la vida de tres personas totalmente diferentes, con sufrimientos dispares y que cada uno experimenta lo que le sucede de una forma especial. Dirigida por Jason Reitman, el largometraje retrata a un asesino particular, a una madre sin rumbo y a un hijo sin elección. La relación de estás vidas paralelas que se mezclan y se afectan mutuamente es lo que este film trata de mostrar con gran detalle, volviéndose por momentos un poco lento ante la confusión que pueden generar las primeras escenas sobre cada protagonista por separado. Si bien esta desorientación inicial desaparece con los minutos, la irreal amabilidad en la vida de un preso, la rápida confianza que este inspira y la normalidad con que a veces el chico toma las cosas van en contra del relato que parece dejar aires de esperanza sólo para algunos o permitiendo que se piense que alguien puede no necesitarlos, sin dejar de ser una historia bien contada que mantiene al espectador esperando saber más.
“EL SOBREVIVIENTE”: LA REALIDAD MÁS BRUTAL Los Navy SEALS son una fuerza especial que forma parte de la Armada de los Estados Unidos y que tiene a cargo misiones de alto nivel de complejidad como la que tuvieron a cargo Marcus Luttrell (Mark Wahlberg) y sus tres compañeros (Michael Murphy, Matthew Axelson y Danny Dietz), que buscaban neutralizar o incluso – de ser necesario – eliminar a un agente talibán en territorio afgano. La película que dura aproximadamente 2 horas – apenas un minuto más – está dirigida por Peter Berg (director de Battleship y Hancock entre otras) y cuenta la historia de supervivencia de estos cuatro militares estadounidenses que, al principio sin haber sido descubiertos todavía, capturan a miembros de este grupo talibán a los cuales finalmente dejan ir luego de una difícil decisión sobre si deberían matarlos ya que no se encontraban batallando aún. Esta elección moral es lo que termina provocando la persecución sobre ellos de un grupo mayor, que se encuentra fuertemente armado y que se propone ni más ni menos que eliminar al enemigo a toda costa. Protagonizada también por Taylor Kitsch (John Carter), Emile Hirsch (Into the wild y MilkBen Foster (3:10 to Yuma y Contrabando) y Eric Bana (Troya y Star Trek), superior de los soldados que se encuentran en el frente. El largometraje cuenta una historia real basada en un best seller del diario The New York Times llamado Lone Survivor que el director logra convertir en algo más que una simple película de acción. Aislados y sin posibilidad de comunicarse, estos cuatro soldados luchan contra los talibanes y es Berg quien se encarga de retratarlos, a través de los planos que utiliza y de una buena ambientación musical de la zona bélica. En una muestra de lo brutal, devastadora, dolorosa e inverosímil que puede ser un enfrentamiento armado en esos territorios. Incluso para aquellos que están más preparados, llevando su capacidad física y preparación hasta el extremo para ponerlas a prueba. Mark Wahlberg es quien vuelve realista para la pantalla grande la historia real, haciendo de su personaje a un hombre preparado para matar y morir hasta que lo segundo se vuelve una posibilidad rotunda y casi inmediata ante la cual prima el instinto de supervivencia más allá del entrenamiento militar. Los intentos por seguir viviendo se vuelven lo más importante, sin importar que tan cerca pasen las balas, y lo que en un principio era una misión para eliminar a un peligroso agente talibán se vuelve, de la mano del director, en la búsqueda de un refugio que los salve y los transforme en sobrevivientes. Olvidando su posición dentro de los Navy SEALS y volviéndolos hombres comunes como cualquier otro, luchando por su vida.
“FAMILIA PELIGROSA”: MÁS ACCIÓN QUE COMEDIA En un perdido pueblo de Normandía, al sur de Francia, la familia Manzoni ahora conocida como Blake llega para instalarse sin querer llamar demasiado la atención, lo cual definitivamente no les sale nada bien. Giovanni, el padre de Una familia peligrosa, es un ex gangster neoyorquino devenido en informante del FBI lo cual le pone un elevado precio a su cabeza. Todos aquellos a los que traicionó ahora vienen tras él y la única opción es vivir escapando para evitar ser encontrados pero nadie en la familia ayuda a que esto suceda. Tanto sus hijos como su esposa Maggie aprendieron bien el oficio y se desquitan con todo aquel que no les cae simpático así como también aprovechan cada situación para obtener su propio beneficio: ya sea traficando droga en el colegio como hace Warren, tomando clases de matemática como hace Belle para estar con el chico que le gusta o armando una fiesta para conocer a sus nuevos vecinos y así parecer normales. Una familia peligrosa es una película arriesgada en la que el director, Luc Besson, intenta conjugar acción y comedia de una forma un tanto complicada, generando en el público apenas una risa muy de vez en cuando durante el transcurso del film. Las escenas de acción son demasiado vívidas como para causar gracia e incluso hasta los hijos parecen profesionales manejando armas – aunque por momentos demuestran tener algo de miedo – lo cual desaprovecha la posibilidad de hacer reír con la inexperiencia de algunos personajes que lamentablemente no existe. Giovanni Manzoni o Fred Blake (como más le guste al espectador) puede ser el único que realmente haga reír, con su fachada de escritor para encubrir su verdadera personalidad y con la ironía de ser un gangster que se pasa al bando de los buenos, se vincula principalmente con un agente del FBI (Tommy Lee Jones) y por si fuera poco escribe sus memorias hasta con intenciones de publicarlas en algún momento. Sin embargo, es Warren quien da indicios de la ubicación de su familia, avisando – sin siquiera imaginarse que lo estaba haciendo – a uno de los mafiosos que cayeron presos por culpa de su padre y acabando con todo otro momento cómico que pudiese haber tenido el largometraje. En fin, Una familia peligrosa es un film en el que el género de acción le gana a la comedia a lo largo de los 111 minutos de duración aunque por momentos la nómina de grandes actores integrada por Robert De Niro, Michelle Pfeiffer y Tommy Lee Jones genera una serie de risas producida por ejemplo por la relación de marido y mujer que mantienen los dos primeros, sin llegar por eso a lograr un buen producto final.
“La gran aventura Lego”: un viaje de regreso a la infancia Si hablamos de Lego, no podemos dejar de pensar que ésta es una película para todo aquel que alguna vez haya jugado con estos bloques y construido cosas de todo tipo, color y tamaño. Sin importar cuantos años tengas, La gran aventura Lego es un viaje de regreso a la infancia de muchos, parte de su vida actual para los más chicos y el sueño de cualquiera de poder jugar simplemente a crear una historia con estos bloques y muñecos. A lo largo de los 90 minutos que dura el largometraje se ve como el personaje principal, Emmet, pasa de ser un simple constructor que sigue las reglas al pie de la letra para llegar a ser un intento de maestro constructor tras haberse transformado en El Elegido por encontrar una pieza especial - tal y como dice la profecía. Esto le permitiría acabar con el pegamento, que dejaría a todos los Lego inmóviles, arruinando los planes del Señor Negocios En este reto por salvar su mundo, Emmet (Chris Pratt) es acompañado por Estilo Libre/Lucy (Elizabeth Banks), Vitruvio (Morgan Freeman) y Batman (Will Arnett). Sí, escucharon bien. Batman en versión Lego aparece en la película y hasta llega a tener una escena junto a Han Solo y Chewbacca a bordo del Halcón Milenario (famosa nave espacial recordada por formar parte de la saga Star Wars). De esta forma, las ideas desconcertantes y para nada grandiosas que tiene Emmet en comparación con el resto de los maestros constructores es lo que les permite, por su imprevisibilidad, llegar a adentrarse en el edificio del Señor Negocios para luchar con él e intentar evitar que lleve a cabo su cometido. Teniendo que también enfrentarse con Policía Malo/Policía Bueno (Liam Neeson) y encontrándose con los más diversos personajes como ser la Mujer Maravilla, Superman y Linterna Verde entre otros que son capturados por el malo del film. Sin embargo, el espectador tendrá una intriga que resolver: ¿será todo obra de un Lego con habilidades especiales o en esto también se encuentra la mano humana interviniendo? Así transcurre La gran aventura Lego (dirigida por Chris Miller y Phil Lord) que, si bien no tiene una trama profunda, muestra como Emmet pasa de ser un simple obrero a embarcarse en el intento por salvar su mundo de manera divertida y logrando incluir a lo largo de estos 90 minutos a espectadores de todas las edades con tan solo una escena a la que todos deberán estar atentos.
"Rush": pocos son los elegidos Monza 1976, Gran Premio de Italia. Apenas 42 días después de uno de los accidentes más impactantes de la Formula 1, Niki Lauda vuelve a ocupar su puesto dentro del monoplaza de la Scuderia Ferrari. Con gran parte de su cabeza quemada vuelve a hacer lo que mejor le salía, correr. Aquella temporada, su principal competidor era James Hunt y en un intento desesperado por alcanzarlo en el circuito de Nürburgring (Gran Premio de Alemania) - uno de los circuitos mas peligrosos del planeta - termino sufriendo el accidente que lo envolvio en llamas durante casi un minuto o más. "Rush: pasión y gloria" no sólo retrata de forma precisa a estos dos corredores en las manos de Chris Hemworth (Hunt) y Daniel Brühl (Lauda) sino que también mantiene viva, durante un poco mas de 2 horas, la esencia de la primera categoria del automovilismo mundial generando a través de la música que acompaña momentos de tensión y dramatismo. Hunt y Lauda componen una de las mas reconocidas rivalidades que tuvo la máxima categoría, que con el tiempo se repiten como por ejemplo con Senna y Prost, demostrando que este es un deporte solamente para aquellos que se atreven, que arriesgan al limite, sin miedo a nada y hasta rozando la locura. Simplemente Ron Howard (tambien director de peliculas como Apollo XIII) sabe cómo traer al presente una historia del pasado, sin que se perciban los años transcurridos y realiza una representación precisa del ambiente de la F1, donde la rivalidad queda dentro de la pista. De esta forma, su película se vuelve ideal para los fanáticos e incluso muy buena para los que no lo son.