Comedia inteligente que se ríe de los soberbios
Buena sorpresa, la de esta comedia donde, entre otras, se aplica la feliz y prudente moraleja "Nunca digas 'de esta agua no he de beber'". El personaje protagónico es un neurótico amargado, crítico profesional de cine que piensa en francés, porque venera a la Nouvelle Vague, y se solaza en destrozar con graves epítetos las simples películas comerciales. En especial, las románticas. Su grupo selecto de colegas, y hasta los mozos del bar, lo festejan. El jefe de redacción, un tipo feliz, le pone límites. Pero él sigue firme. Hasta que algo pasa en su vida. Hasta ese momento, la única vez que lo vimos fugazmente excitado fue por una flaca que estaba exponiendo un aburrido galimatías de pretensiones teóricas. Pero de pronto se le aparece una extraña y hermosa mujer de otro palo, indiferente a sus gustos exquisitos. Y esta desconocida lo baja del pedestal y lo empuja a terreno también desconocido. ¿Cómo es que el sabelotodo se engancha? ¿Qué le pasa? ¿Se estará, torpemente, enamorando? ¿Le tocará sentir dentro de sí, como algo hermoso, esas debilidades humanas que considera cursis? ¡Qué dirán sus amigos!
Comedia inteligente, "El crítico" se ríe de los soberbios, juega con los clichés, envuelve ese mundo con un toque de ambigüedad temporal (clave de ciertas películas de amor), y logra rápidamente la complicidad de toda clase de público, tanto el común que gusta de las románticas como el snob que las desprecia. Rafael Spregelburd hace que sigamos con piadosa simpatía los desvelos de su antipático personaje. Dolores Fonzi combina la esfinge inescrutable con la criatura vivaz y tentadora, siempre elegante, tipo Romy Schneider. Los acompañan, proveyendo subtramas necesarias, la flacucha Telma Crisanti, Ana Katz, e Ignacio Rogers como un joven director agraviado que prepara su venganza mientras escupe contra un grupito de opinólogos la mejor de las definiciones: "¡Ustedes no son directores frustrados! ¡Son críticos frustrados!".
Autor, Hernán Guerschuny, codirector de la revista "Haciendo cine", que desde hace por lo menos veinte años conoce bien adentro el mundillo de la crítica. Sabe de lo que habla. Y sabe reír con altura. Su película vale la pena.