Un título que invita a encontrar el balance entre lo bueno y lo malo.
Un amigo me dijo una vez que detrás de todo pesimista se esconde un optimista frustrado. Mas seguido que no, un pesimista cuando es acusado de tal, es capaz de retrucar con que es realista. Pero es un falso realismo. El Crítico, muy a su manera, trata de insertar la tesis que el pesimismo y el optimismo son relativos más que absolutos.
¿Cómo esta en el papel?
Tellez (Rafael Spregelburd) es un crítico de cine que no pierde oportunidad de hacer pelota cuanta película vea. Cree que el buen cine hace rato ha muerto y su lugar lo han tomado un montón de comedietas románticas intranscendentes y clichadas, las cuales detesta. Pero el cine no es su único problema, busca mudarse de departamento y justo cuando lo encuentra tiene el problema de encontrarse con Sofía (Dolores Fonzi), otra candidata por el inmueble. La discusión llevara eventualmente a un romance en el que Tellez no pueda evitar encontrar en Sofía la personificación de todos esos clichés que detesta.
El Crítico alude en muchas oportunidades a como el cine se ha vuelto la lente en la que más de uno puede llegar a ver la vida, pero también nos invita a ser precavidos y velar a que esa lente no se distorsione. Porque del mismo modo que tanta comedia romántica nos puede persuadir que todo en la vida puede tener un final feliz, tanta película sobre la Nouvelle Vague nos puede persuadir que todo termina mal. La vida es un término medio existente entre ambos, una tesis que esta película expone con mucha inteligencia a nivel guion.
La originalidad y la inteligencia antes mencionada de este guion reside precisamente en como elige desarrollar esa tesis. Cualquier otro realizador hubiera utilizado a una amante de las comedias románticas, pero Hernan Guerschuny nos aviva de que ese camino, aunque original, es el más fácil, y no solo eso, sino que ha sido transitado más veces de las que nos podemos dar cuenta. Por elegir este camino poco transitado se garantiza desde el primer cuadro que su historia no sea una más del montón.
El único hueco que le encuentro son las referencias cinéfilas, te hacen llegar a la conclusión que tenés que ser muy cinéfilo para entender ciertos detalles de la trama y por qué Tellez hace lo que hace. Pero afortunadamente esos detalles no son vitales a la trama, solo para entender al personaje, solo eso nada mas le resta puntos.
¿Cómo está en la pantalla?
La película tiene un uso del montaje y la fotografía bastante sobrios, y cuando digo sobrios es que no entran en preciosismos, sino que están en función del guion y la interpretación.
Rafael Spregelburd entrega un muy buen rol como Tellez. El da vida al estereotipo del crítico (que existe en la vida real), pero cuando la trama evoluciona y lo saca progresivamente de ese estereotipo, hasta el cambio más radical en sus expresiones y acciones guardan toda lógica con el personaje que ha venido construyendo, y por saber cómo guardar esa lógica hace reír, incluso enternecer.
Conclusión
El Cine, como arte que es, es un espejo de la realidad, y lo que ocurre en la realidad se refleja en estos espejos. Vamos a ellos por consejo y esperanza. Pero a veces mirarse mucho en ese espejo puede lograr que distorsionemos la realidad que nos muestra. El Crítico nos viene a recordar que el cine es más que nada una cuestión de perspectiva, la que cada película ofrezca, y las lecciones que nos dejan se aprenden mas por la sumatoria de muchas de esas perspectivas; tanto negativas como positivas; una de cal y una de arena (frase hecha pero necesaria). Cómo obramos con el resultado de esa sumatoria, ya depende de nosotros.