Cuando no se puede aceptar la realidad
El cuarto de Leo (2009) está más allá de la temática gay que aborda en un primer plano. Es una película sobre la aceptación, en donde todos sus personajes atravesarán ese estado agobiante de no querer - o no poder - hacerse cargo de la realidad que los atraviesa.
Leo (interpretado por Martín Rodríguez) es un muchacho de veintipico que está a punto de recibirse, alquila un cuarto en la casa de un amigo y tiene una novia con la que le cuesta conectarse sexualmente. Leo atraviesa un estado de transición en el que sabe que quiere estar con hombres, pero en el que no puede hacerse cargo abiertamente de lo que le pasa. Pero no solo Leo no puede reconocer su realidad, sino también todos los personajes que lo circundan aunque las razones sean muy diferentes.
Enrique Buchichio ofrece un film intimista sobre la aceptación, centrado en un personaje que no puede asumir su homosexualidad. Leo conocerá a Sebas (Gerardo Begérez) y ambos vivirán un apasionado romance que no saldrá de ese cuarto al que hace referencia el título, pese a que Sebas quiera llevar una vida más allá del encierro. Pero también se encontrará con Caro, una compañera del colegio que atraviesa un estado depresivo a partir de un hecho trágico, a la que “usará” inconscientemente como pantalla. Aunque Leo, sin proponérselo, los terminará lastimando a ambos producto de sus indecisiones. El cuarto de Leo no sólo es el título del film, también es la metáfora perfecta para describir su esencia. Ese cuarto es su mundo, el único espacio donde Leo puede ser la persona que quiere, sin miedos ni impostaciones.
No hay que ver El cuarto de Leo como una película gay (aunque nadie sabe bien que sería una película gay, o acaso las que cuentan con un relato heterosexual se las denomina como tal) sino como una historia de personajes que no pueden aceptar lo que les pasa en esta vida. Y esto no tiene que ver sólo con la sexualidad, sino también con las perdidas, la muerte, el paso del tiempo, la madurez, las culpas, el deseo, la familia y todos aquellos motivos que llevan a una persona estar en contra de la integridad y la felicidad. ¿Acaso hay otra vida para vivir como uno realmente es? No, la vida está aquí y vale la pena animarse a vivirla, a pesar del dolor.