Una década después de ganar el Óscar por «El secreto de sus ojos», Juan José Campanella estrena «El cuento de las comadrejas», una película que mezcla humor y suspenso para rendir homenaje al cine argentino. Esta remake de «Los muchachos de antes no usaban arsénico» se viste de glamour para el lucimiento de un elenco de lujo.
De qué se trata «El cuento de las comadrejas»
Mara Ordaz (Graciela Borges), una actriz retirada que supo ser una gran diva del cine argentino, vive en una casona con su marido Pedro (Luis Brandoni), el director de cine Norberto (Oscar Martínez) y el guionista Martín (Marcos Mundstock). Tiempo atrás fueron un exitoso equipo, pero con el tiempo la convivencia se fue deteriorando. Todo cambia cuando Mara recibe la oferta de una joven pareja dedicada al sector inmobiliario (Nicolás Francella y Clara Lago) de adquirir la casona.
Tiempo de gloria
«El cuento de las comadrejas» tiene unos elementos que la hacen irresistible desde su presentación. Campanella detrás de cámara, con todo lo que significa su esperado regreso al cine, y un elenco glorioso. ¿Quién sino Graciela Borges para interpretar a una gran diva del cine? ¿Quiénes mejores que Brandoni y Martínez para acompañarla? ¿Qué mejor idea que darle Marcos Mundstock -por fin- un papel protagónico para desplegar su talento para el gag verbal? Maravillosos todos. También es acertada la elección de Nicolás Francella y la española Clara Lago (de «Ocho apellidos vascos»), que imita el acento argentino tan bien que impresiona.
La historia, además, es un hallazgo. Vi «Los muchachos de antes no usaban arsénico» de José Martínez Suárez hace más de una década y siempre me pareció una de las mejores películas del cine argentino (acá podés leer la nota que sobre el film de 1979). Muy hitchcockiana, es un thriller inesperado, de planteo tan simple como efectivo. Retomar esta idea y hacer una remake es el primer acierto. Hacer de esta remake que supo estar protagonizada por leyendas del cine argentino (Mecha Ortíz, Bárbara Mujica, Narciso Ibáñez Menta, Mario Soffici y Arturo García Buhr) un homenaje, es justo lo que se tenía que hacer.
Comparar puede ser inútil y tampoco valdría demasiado la pena. Admito que un poco lo hice porque tenía la otra película en la cabeza y es inevitable. Y también me quitó un poco la sorpresa, hay que decirlo. Pero, de todas formas, son películas diferentes. Mientras que en «Los muchachos de antes no usaban arsénico» la atmósfera era algo más oscura, Campanella le imprime a «El cuento de las comadrejas» un humor ácido, sin dejar el misterio de lado.
El que sabe, sabe
Con un manejo del ritmo que no falla nunca, sus diálogos sutiles y sus encuadres torcidos para marcar clima, Campanella viene a demostrar una vez más que no solo es un director de excelencia, también es un ferviente amante del cine. Claro, me dirás, que quién es director sin ser cinéfilo. Pero en él se nota hasta la médula. Tras ver «El cuento de las comadrejas», me dieron ganas de verla otra vez, para rastrear cada gag, cada guiño, cada homenaje.
Sutil, delicada, entretenida, inteligente: «El cuento de las comadrejas» simplemente fluye, como debe ser. Hay que verla.
Puntaje: 9/10
Duración: 100 minutos aprox.
País: Argentina / España
Año: 2019