Después de unas imágenes en blanco y negro del cine de otro tiempo, igual que en Los Muchachos de Antes no Usaban Arsénico, Juan José Campanella abre su película con una escena que deja bien en claro la forma de ser de tres de sus protagonistas. Una Mara Ordaz emocionada ve una y otra vez sus propias películas, dentro del santuario que se construyó para ese ritual como la Norma Desmond de Sunset Blvd.. Ella es puro sentimiento. Después de todo, es una actriz consagrada. Norberto Imbert y Martín Saravia esperan en las sombras por las alimañas, los bichitos que los acechan e intentan perturbar su armoniosa existencia. Son más fríos y calculadores, tienen un plan y lo ejecutan con eficiencia. Así empieza El Cuento de las Comadrejas, la esperada vuelta del realizador argentino a la ficción con actores de carne y hueso, que a una década de El Secreto de sus Ojos eligió encarar una remake del clásico de 1976 como un vehículo para homenajear al cine.