Estamos en una época donde es seguro decir que todo puede suceder en el arte del entretenimiento, que Abraham Lincoln puede pelear contra vampiros o Jane Austen debe salvar su pellejo de una horda de zombies hambrientos. Entonces, ¿por qué no permitirle a Edgar Allan Poe perseguir a un asesino obsesionado con su obra?
The Raven, dirigida por James McTeigue, ahonda la posibilidad de que el escritor haya fallecido tratando de resolver un misterio ocasionado por su oscura literatura. Si bien los asesinatos están algo tirados de los pelos para conseguir la relación con sus cuentos, se nota el respeto que tienen estos para con el personaje y sus macabros escritos.
Quizás donde falle es en la interpretación de John Cusack como el gótico autor. No es que actúe mal y no le creamos en su representación, pero por momentos uno no puede evitar recordar a Nicolas Cage en su desenfreno. Y esto no es para nada un cumplido. Aun así, más de una vez el protagonista demostró que se puede poner una película al hombro y llevarla adelante él solo, y El Cuervo no es la excepción. Poe es el personaje más trabajado de todos los que vemos en el film, y aunque el interés romántico no esté tan acentuado durante la primera mitad, es este desarrollo el que hace que, hacia el final, a uno le importe como terminara la historia romántica del escritor y su amor prohibido.
Después de Poe, el segundo mejor personaje de la película es Baltimore, la ciudad donde ocurren todos los hechos. El diseño de producción del film es impecable y, junto a The Woman in Black, este año no hay mejores exponentes de la era victoriana y gotica en la cual se desarrolla la historia.
El resto de los detalles técnicos, como la música, cumplen con su cometido, pero aun así James McTeigue logra imprimirle ese look de comicbook que ha sabido desarrollar a lo largo de sus películas. Le va como anillo al dedo a esta historia, que bien podría haber sido sacada de la galera de Alan Moore.
The Raven es una emocionante película de suspenso que nos pone en los últimos días de Edgar Allan Poe. Si bien tiene fallos, es cierto que tampoco busca cambiar la historia del cine. Se trata de entretenimiento puro donde, si tenemos la mente abierta para aceptar el concepto de un Poe investigador de crímenes, la vamos a pasar de lo mejor en la sala.