La más macabra de las voces
El cuervo (The Raven, 2012) es, inversamente al rótulo impuesto, una adaptación. No lineal, no necesariamente verídica. Es el hecho de que El cuervo prescinda de esos elementos o los utilice en dosificaciones módicas y con propósitos dramáticos lo que la convierte en un sofisticado amalgama narrativo en donde, simultáneamente, la realidad y la ficción conviven y atentan una contra la otra en una persecución lúdica.
En caso de manejar esa sinuosidad con sutileza y articular el misterio camuflando garantías con exageraciones y mitos, esta clase de relatos puede adquirir la cualidad insuperable de malear la percepción del espectador, confundiéndolos hasta un estado de incertidumbre ansiosa o desequilibrando su memoria fáctica. En cualquiera de los casos, el mérito de la perturbación se hace presente.
De esta manera y al igual que otros ejemplos fulgentes como El Ladrón de Orquídeas (Adaptation, 2002) o JFK (1991) la película se propone horadar en los confines de la historia y presenta una versión propia, ocurrente y vertiginosa, allí donde la historia es imperfecta y las circunstancias se ven oscurecidas por la sordidez de su entorno o por la ineficacia de aquellos con la obligación de cristalizar sus enigmas. Así, parapetado invaluablemente por la oscuridad adiposa del universo de Edgar Allan Poe, los escritores conciben una obra en la tierra fértil que ofrece aquel hueco histórico, con la reconfortante impunidad que prima detrás del concepto de ficción.
La película es una hipótesis que no se toma demasiado enserio a sí misma. El argumento gira alrededor de los eventos desconocidos que antecedieron a la muerte prematura, cuyas causas permanecen inciertas hasta la fecha, del escritor estadounidense Edgar Allan Poe. El actor John Cusack, de muchos logros y poca aclamación, es quien se encarga de darle vida a un personaje que se aleja de sus caracterizaciones habituales.
En un extraño giro de eventos, un demente empieza a cometer una serie de asesinatos inspirados por la producción de Edgar Allan Poe y perpetrados de manera idéntica a los homicidios de sus relatos. Descolocado por el homenaje criminal, y luego de ser fichado como uno de los primeros sospechosos en las listas de investigación, Poe se une al detective Fields (Luke Evans ) para echar luz sobre el asunto.
Con una de las figuras literarias más intrigantes de todos los tiempos y mucha espectacularidad visual, El cuervo es un thriller que no debería pasar desapercibido.