La música del azar
Luego de un prometedor debut tras las cámaras con Los globos (2016), el también actor, Mariano González regresa a la faceta de director con El cuidado de los otros (2019), otra sorprendente película sobre el azar y la fragilidad de la vida.
Luisa (otro impecable trabajo de Sofía Gala Castiglione) es una chica común y corriente que vive con su novio (Mariano González), va a la facultad, trabaja en un taller de cerámica, y cuida a los dos hijos pequeños de un matrimonio de clase media trabajadora. Es en ese trabajo donde por una situación azarosa Felipe, uno de los nenes, sufre un accidente mientras estaba a su cuidado y Luisa se ve doblegada por la culpa y la desesperación.
González, también guionista de la historia, construye un entramado psicológico donde la protagonista tendrá la misma información que el espectador poniendo a éste en el mismo lugar de tensión a la que es sometida Luisa. Los padres de Felipe, el niño en cuestión, culpan a Luisa del infortunio y no le atienden el teléfono, ni el portero eléctrico y evitan tener cualquier tipo de contacto. Luisa entra en estado de desesperación por querer tener la información que se le niega y por ende el espectador también. Todos quieren tener una respuesta que se desconoce
En El cuidado de los otros los personajes no son marginales, ni de clases sociales muy diferentes, todos trabajan y tienen conductas que los igualan. González toma la correcta decisión de que la discusión sobre la responsabilidad no tenga que ver con lo social sino con el azar, como por un hecho involuntario puede cambiar el curso de nuestras vidas para siempre.
Con una línea estética e ideológica que le escapa a la miserabilidad y al regodeo, referencias dardenianas (la cámara siempre siguiendo a Luisa por la espalda), al escritor Paul Auster y también a la local Anahí Berneri de Por tu culpa (2009), Mariano González se posiciona con su segunda película como un gran director y ya no como una promesa.