Sofía Gala se hace cargo de las consecuencias en este áspero drama.
En un primer plano vemos las manos de Luisa (Sofía Gala), envolviendo Budas de yeso. La pantalla se abre para mostrarnos a un grupo elaborando las estatuillas, en una especie de fábrica artesanal. Este es uno de los trabajos de Luisa, quien como segunda opción es niñera de dos pequeños niños, de quienes está muy encariñada. La finalidad de este sacrificio es culminar los estudios universitarios.
Un día rutinario como cualquier otro, mientras cuida a Felipe, ocurre un accidente que pone en peligro la vida del pequeño. Felipe sufre una grave intoxicación, consecuencia de un descuido de Miguel (Mariano González). A partir de este suceso Luisa ya no será la misma, cargará con una culpa imposible de elaborar, incluido un recelo en la relación con su pareja.
El Cuidado de los Otros, es un potente drama que sigue el punto de vista de nuestra protagonista; que a través de elementos mínimos construye y nos transmite su angustia y preocupación. Una Sofía Gala contenida, que realiza un trabajo impecable, carga casi con todo el peso de la narración. Este hecho doloroso también funcionará para que ella manifieste una crisis personal.
Luisa ¿siente culpa? ¿ya no ama más a su pareja? ¿cuál es el origen de tanta angustia? Nunca lo tendremos bien en claro. Es una película de situaciones y muy emocional; con un registro austero, mental, alejado de la fisicidad, nunca vemos a Luisa y Miguel darse un abrazo, por ejemplo, se impone la distancia. Un relato equilibrado y pujante, que invita al espectador a sacar sus propias conclusiones.