El Dador de Recuerdos (The Giver) es la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Lois Ann Hammersberg (Honolulu, 20 de marzo de 1937). La premisa. Jonas, un muchacho que vive en una comunidad perfectamente diseñada y controlada en donde ha sido eliminado el dolor y las diferencias, es elegido para conservar los recuerdos de toda la humanidad. Profesión imprescindible para el funcionamiento de esta sociedad utópica, dirigida por un grupo colegiado de personas sabias, pues si se encontrase ante un problema sin solución, acudirían al dador y a la sabiduría de sus consejos.
Esta producción cuenta con un elenco envidiable, encabezado por Jeff Bridges (el dador) y Meryl Streep (presidente del colegio), Brenton Thwaites (Jonas), Taylor Swift (Rosemary) y Katie Holmes (como la madre de Jonas), entre otros. Nada mal para haber contado con un presupuesto de solo 25 millones de dólares.
Ahora bien, empezamos con lo malo. Como toda adaptación, El Dador de Recuerdos, peca por no conseguir reflejar la complejidad de la obra original. A lo largo de sus casi 100 minutos de duración notaremos que tuvieron que retocar la trama para poder contar una historia hecha a medida a la pantalla plateada. Al mismo tiempo, evidenciaremos varios sinsentidos por la velocidad con la que se narran los hechos. Es posible que genere controversias por semejanzas con las creencias que profesan muchas ramas del cristianismo (Testigos de Jehová, Mormones, etc). El desenlace es innecesariamente prolongado, lo que es una lástima porque con un poquitín menos hubiese sido perfecto.
El Dador de Recuerdos, peca por no conseguir reflejar la complejidad de la obra original.
Nobleza obliga, vamos con lo bueno. Toca temas polémicos. De forma explícita, la eutanasia y el control de población. De forma implícita, hace una fuerte crítica a sociedades totalitarias y represoras (en este caso con dulces y caramelos) que tienen como objetivo dirigir la vida de las personas, basadas en ideales contrarios a la libertad y al libre albedrío. Su comienzo, como diría Morris, es todo gris y sin sentido, pero a medida que avanza el film es un gran acierto sumar de forma gradual colores en representación de la libertad recuperada. Si bien en esta oportunidad, Brenton Thwaites y Meryl Streep no tienen grandes interpretaciones, el bueno de Jeff junto con una angelical Taylor Swift, ponen el pecho y se cargan la película al hombro.
En resumen, El Dador de Recuerdos es una propuesta más que interesante, con ideas muy destacables, para ver algo distinto a lo que estamos acostumbrados en el cine. Gustó.