En una ciudad del nordeste argentino, Alfredo es amigo y socio de Antonio en una agencia inmobiliaria. Es también amante de Griselda, la esposa de Antonio. Esa relación clandestina se sostiene desde hace años hasta el día en que Alfredo, luego de un encuentro furtivo, le pregunta a Griselda si no deberían matar a Antonio. Griselda simplemente repregunta cómo lo harían.