¿WTF le pasó a Shane Black?. El tipo ha escrito y dirigido cosas potables, excelentes o al menos defendibles; desde el libreto de Iron Man 3 hasta Mr. Kiss Kiss Bang Bang, sin contar la deliciosa The Nice Guys. Pero acá en El Depredador (considerando que Black estuvo en el nacimiento de la franquicia trabajando como actor en el primer filme) mete la pata en casi todo: en la acción, en el tono, en los personajes. La historia es un licuado de cosas que no cuaja, y si la película no es un total bodrio es gracias a un par de actores y un par de escenas decentes. Pero todo es excesivo y fuera de foco, como si fuera una película de Akiva Goldsman, el eterno amante de los clichés y las canchereadas.
Yo no entiendo por qué no decidieron seguir con la línea de Predators, la cual era mas que potable. Los ejecutivos de los estudios son idiotas, le habrán notado demasiado sabor vintage – como cuando apareció Superman Returns, cuasi un calco de la original con la misma onda argumental y toda la musiquita, y aun cuando era una película mas que solida, todo el mundo la sintió como un fracaso; después así nos fue y, ya que clamamos un cambio, nos tuvimos que comer los bolazos de Zack Snyder en El Hombre de Acero & Cia, dejando que manoseara toda la mitología del último hijo de Kriptón y reescribiéndola como se le cantó el tuje -, y quisieron un brusco cambio de rumbo. Pero el resultado es espeluznante, casi se codea con Alien vs Depredador 2 en cuanto a cuál es la película mas horrible de la saga. Acá Black mete una tonelada de ideas que, no por originales signifique que sean adecuadas – depredadores en constante mejora genética que se anexan el ADN de sus mejores victimas para ser mejores cazadores (incluyendo ADN humano); dos facciones de depredadores en disputa, una tradicional y reaccionaria que viene a la Tierra a traer una armadura especial para que los humanos combatan de igual a igual con los súper depredadores de 3 metros de altura geneticamente mejorados – y las tira al ruedo con un montón de personajes que van de lo excéntrico a lo decididamente idiota. Hay un francotirador de operaciones encubiertas (Boyd Holbrook) que se topa con el depredador en la selva mientras intenta detener un operativo de un cartel de la droga; el tipo no sólo es un cínico egoísta sino que no le da bolilla a su familia, compuesta por su ex y su hijo autista (y, como está de moda ahora en Hollywood, el autismo es una especie de superpoder que te permite descifrar cualquier enigma del universo). Cuando se enfrenta con el alien, logra arrebatarle un par de cosas y las manda a su casa por FedEx… sin importarle si es radiactivo, peligroso o si incluye una bomba atómica que su pibe pueda activar. El oscuro operativo de una agencia secreta del gobierno (Sterling K. Brown, el único que se relame con su papel y tiene algunas excelentes lineas) quiere meterlo en el manicomio de veteranos para sacárselo de encima, tener las manos libres y rastrear lo que robó. Eso hace que Holbrook termine en un bus lleno de ex-combatientes a los que les falta un tornillo, los cuales terminarán convirtiéndose en un pelotón improvisado que estará a sus ordenes cuando llegue la hora de enfrentarse al súper depredador, el cual viene rastreando las piezas de equipo que el depredador renegado le ha robado.
Lo que sigue es una bobada tras otra. No solo estos depredadores son absolutamente ineficientes y torpes a la hora de enfrentarse con los humanos (se dejan balear y ver, van por la fuerza bruta sin usar el arsenal que tienen encima), sino que Black pone una caterva de malos chistes en boca del grupo de lunáticos, los cuales los dicen en los momentos mas inoportunos de la película (los peores ofensores de los sentidos son Keegan Michael-Key y Thomas Jane, el que viene resucitando la carrera como actor de carácter y acá hace de un tipo con síndrome de Tourette, así que no tiene filtros para decir la primera guarrada que se le viene a la mente). Hay perros depredadores que se comportan como pichichos comunes (y te traen una ramita si se las tirás), y hay una científica de adorno, que amenaza con explicar las cosas pero termina siendo una soldado mas del grupo, disparando y diciendo one liners como si fuera Schwarzenegger. Porque quizás el mayor problema de El Depredador sea que hay toneladas de one liners, haciendo que estos tipos se vean como un grupo de cancheros que están todo el tiempo descolgados de la realidad y que dicen chistes aún en la peor de las masacres. Y si a esto le sumas lo caótico que están filmadas las escenas de acción, lo que tenés es una experiencia detestable con algún que otro momento aislado que resulta pasable o inspirado.
El Depredador es el filme mas flojo de la serie oficial. Los personajes no convencen a nadie, los duelos son confusos y para nada excitantes, la historia pretende ser un festival de originalidad y termina sobrepasándote por su cantidad de disparates. Considerando lo poco que recaudó – y que Predators hizo mas dinero hace 8 años -, hubiera sido mejor continuar con la idea de Robert Rodriguez que dejar a Black con las manos libres para arruinar todo, y eso que la franquicia tiene un potencial enorme… siempre y cuando se tome en serio a sí misma, cosa que aquí no pasa. El gore y las toneladas de chistes (malos) no hacen necesariamente entretenida a una película y acá tenemos el ejemplo perfecto, en un filme que me resulta difícil de recomendar.