El personaje icónico de la ciencia-ficción buscaba aparecer nuevamente en la pantalla grande y lo hace por cuarta vez luego de Depredador, Depredador 2 y Depredadores, sin contar sus cruces con Alien en otras dos realizaciones. Bajo la batuta de Shane Black -eldirector de Iron Man 3 que también participó como actor en el filme original-, la acción no tarda en explotar desde el comienzo pero no siempre da en el blanco.
El Depredador es un intento fallido por reflotar la saga que comenzó en 1987 con Arnold Schwarzenegger en esta historia que trae una nave extraterrestre que se estrella durante una operación militar antidrogas y de la que sólo escapa con vida el mercenario Quinn McKenna -Boyd Holbrook-, quien rescata de la zona el casco y el famoso brazalete del alienígena y lo envía a su casa, donde esperan su ex mujer y su pequeño hijo -Jacob Tremblay, el mismo de La habitación y Extraordinario-. No cuesta imaginar demasiado lo que vendrá después en este relato que empieza de manera inquietante y se va tornando tosco en su desarrollo.
En medio de la acción y de una catarata gore en la que no faltan sangre y destripes varios, el guión de Black junto a otro especialista en el género, Fred Dekker, se ve transitadp por personajes que aportan poco: un grupo de militares que son enviados a un psiquiátrico con el protagonista, y que pone la cuota de humor lunático; a los que se suma la bióloga Casey Bracket -Olivia Munn- como la experta en ADN que advierte que los depredadores están evolucionando y necesitan de la raza humana.
La cacería a las que nos tenían acostumbrados los filmes anteriores encuentra algunos momentos bien logrados -como la persecución en el micro y las escenas desarrolladas en ambientes naturales- pero falta suspenso y sorpresa. En tanto, la inclusión de un Depredador gigante con sus perros guardianes -generados por CGI- distorsionan el espíritu artesanal que ofrecía la primera película. Naves con desperfectos, sangre verde, cascos que se activan y laboratorios con la última tecnología disuelven la presencia del cazador amenazante y sus presas, volviendo un poco a los orígenes recién sobre el desenlace. Espectáculo hay pero no es el mismo de antaño.