Hubo un comienzo de esta historia de "Depredadores". Hacia 1987 Schawarzenegger protagonizó la que inició la historia, la película de John Mc Tiernan en la que se mezclaban fuerzas de élites con la presencia de un cazador extraterrestre. Treinta y un años después, luego de varios "Depredadores" cinematográficos de distintas especies, "Aliens" incluídos, llega uno pura clase B.
Los que integran la historia son un soldado de élite, Quinn Mac Kenna; su hijo en edad escolar, Rory, autista con rastros de genialidad y que inicia contactos extraterrestres por simple curiosidad; una pandilla de veteranos con problemas psiquiátricos que se incorpora al mini ejército de Mac Kenna contra los extraterrestres, y los "Depredadoros" caídos del cielo con sus clásicos colmillos de jabalí e impecables rastas. Y como si fuera poco, una bióloga (Olivia Munn) capaz de enfrentarse con los peores enemigos a sangre y fuego.
El caso es que aparecen estos "Depredadores" en sus naves espaciales, que pasan de México a Georgia y buscando sus armas y parte de sus uniformes perdidos en la primera secuencia tienen que guiarse por el pequeño Rory (Jacob Tremblay, el nene de "La habitación"), que las usa en Halloween para asombro de los chicos que le hacen bullyng.
Así, con una combinación de ingenuidad, absurdo y disparate, el filme se encamina hacia la acción, más precisamente a los enfrentamientos con estos bicharracos, que, según la bióloga, tienen algo humano en su ADN, lo que habla de algunas uniones de mal gusto entre ambos bandos desde hace mucho tiempo.
HUMOR Y SANGRE
El filme entretiene moderadamente, aporta una buena cuota de humor, especialmente con la banda de veteranos de guerra y también tiene una abundante porción de hemoglobina con pedazos de víctimas trozados por armas intergalácticas en el más salvaje estilo gore (léase, personas que caen a pedazos desde los árboles y pierden sangre a lo loco). Si la primera parte atrae más a los que se interesan por la narración y el buen humor, la segunda es una vorágine de explosiones, disparos, persecuciones, destrozos y disparates en naves espaciales que desafían la ley de gravedad.
El final, muy ruidoso, con el regalo póstumo de los "Depredadores". Luego de una increíble sesión de traducción y subtítulos entre distintas especies, se preanuncia la continuidad de la saga.