La novela fue escrita en 1952 y tiene toques de época, porque fue el año de la muerte de Eva Perón. Por primera vez será llevada al cine, adaptada y dirigida por el hijo del autor. El título dice mucho, porque es la vida de un perdedor que apuesta compulsivamente a los caballos. Y a través de sus derrotas se genera una frustración que desploma todo lo que lo rodea.