Pese a una primera mitad para el olvido, de ritmo lento y muy poco atractiva narrativamente hablando, la secuela comienza a ganarse los porotos al ingresar al submundo de las cuevas para recuperar la misma energía y adrenalina de su antecesora. Es justo decirlo: no sorprende en lo más mínimo pero entrega algún que otro sobresalto a la platea...