Para ser de zombies, faltan más zombies y sobra melodrama
Muchos diálogos y muy poca acción no es la fórmula ideal para una película de zombies, y lamentablemente éste es el caso de "El desierto". Que en realidad, es una película de "zombie" en singular, ya que más allá de alguno baleado y visto de espaldas en la secuencia de títulos, prácticamente no muestra más que un solo muerto viviente que los protagonistas toman prisionero hacia la mitad del film.
La premisa es más o menos la típica del género, salvo que con el foco puesto en los tres sobrevivientes de algún tipo de plaga o hecatombre que viven encerrados sanos y salvos en una casa muy bien protegida de los peligros externos. Estos tres personajes dos hombres y una mujer, todos muy jóvenes- tienen una existencia monótona, incómoda y tensa dadas las dramáticas relaciones amorosas planteadas por la presencia de la chica, que entre otros males, propone reglas obtusas para la convivencia que ni ella misma está dispuesta a cumplir. Lo menos feliz del film es el recurso de que los personajes graben una especie de diario en video por separado, en una suerte de confesionario al estilo "Gran Hermano", recurso que en un momento se vuelve repetitivo y vira todo el asunto hacia el más pretencioso melodrama.
Prácticamente no hay terror propiamente dicho en esta mediana película argentina dirigida por el alemán Christoph Behl, aunque a su favor se puede decir que, por momentos, su ambicioso relato de zombies no está mal filmado y que logra climas de gran opresión. Las interpretaciones van de lo correcto hacia lo sobreactuado, y ahí sí hay un problema grave.