Esta primera película de ficción del documentalista Miguel Kohan, podría definirse como un documental ficcionalizado o bien una ficción con estructura de documental.
Raymundo (Miguel Fleita) es antropólogo y comienza una investigación sobre un personaje mítico de la cultura nativa en Jujuy, se identifica al despenador como un tipo de chamán sudamericano que quita las penas, por supuesto, a personas agonizantes o con enfermedades incurables, que solo sobreviven en el dolor, es decir, ejercita la eutanasia. El problema principal del filme radica que en un 90% de su duración, escuchamos en off al protagonista, sus pensamientos, sus ideas, sus motivaciones, sus angustias. Lo que deriva en una cantidad impresionante de información que no esta amalgamada a las imágenes, por lo que es imposible de procesar todo.
Digamos que mas allá de las limitaciones expuestas, no se si reales,