Los Wachowski saben hacer películas que de una u otra manera generen polémica. Tanto por su contenido como por que dividen a las audiencias entre quienes los aman, y quienes los detestan por considerarlos pretencioso y absurdos. Yo entro en el primer grupo. Si bien su mayor pecado se llama Matrix Revoluciones, desde entonces, sus filmes son inteligentes y destinados a algo más que entretener: a pensar.
Cualquiera que diga que los Wachoski venden "filosofía barata" será por que en su vida han agarrado un libro de filosofía. Y no, no creemos que en sus películas escriban obras de la talla de Nietszche o compañía, pero si creemos que más que entretenimiento, consideran que los espectadores son inteligentes. Por eso no necesitan una explicación completa (y que puede terminar rayando en lo absurdo cuando se intenta) y dejan que la gente encuentre la mejor explicación. Jupiter ascending es lo mismo: crean una mitología que no necesitan explicarte totalmente de donde viene o como funciona. Solo dejan las pistas más básicas para poderle entender.
Jupiter Jones (Mila Kunis) es una chica huérfana de padre que se ve obligada a trabajar como sirvienta, hasta que unos seres extraños intentan asesinarla. Es cuando entra en escena Caine (Channing Tatum), un guerrero alterado genéticamente, contratado para protegerla y descubrir que ella es en realidad la reencarnación de la jefa de la familia Abraxas, dueña de la mayor parte del universo.
Si hablamos de reencarnación, no es la filosofía de el alma. Es de los genes. Y acá entra una base más científica, cuando jugamos con los genes y nos damos cuenta de que, en verdad, con tantos planetas, en un universo tan amplio y con tanta gente, ¿no puede la genética arrojar los dados y encontrar el mismo arreglo dos veces?
Blockbuster entretenido, visualmente impactante y con un soundtrack, cortesía de Michael Giacchino que se coloca como uno de sus mejores trabajos.