Con el corazón roto
Al director coreano Hong Sang-soo las mujeres le han roto el corazón. Como a Woody Allen. 21 películas en 21 años. También el cineasta neoyorquino entregó a sus espectadores una película por año. En la reciente "El día después" Sang-soo cuenta el día de un editor envuelto en una historia con tres mujeres: su mujer, su amante y su nueva empleada. Otra vez, un hombre con mal de amores. Este editor de ficciones decide confesar a su mujer su infidelidad, al tiempo que su amante lo abandona y lo acusa de cobarde, y la nueva empleada en su primer día de trabajo le pregunta si sabe por qué vive, mientras comen comida china y consumen botellas de soju, en una perfecta fotografía en blanco y negro, con largos planos secuencia que buscan gestos mínimos. ¿Esto basta para redondear una buena película? Obviamente que no. La estructura repetitiva de Hong-soo resulta hartante sobre todo cuando el relato de tanto ir y venir en el tiempo y espacio termina confundiéndolo todo. Además, el tono de comedia que intercala al argumento dramático del filme -al estilo de Woody Allen- no provoca el efecto buscado, al menos en esta parte del mundo.