En general, los críticos locales e internacionales tenemos un cariño preferencial por el cine de Hong Sang-Soo.
Un típico director "festivalero" que compone sus relatos, con cierta magia particular. Le gustan las películas hechas en pocas locaciones. Prefiere que sus personajes hablen (y mucho), bebiendo o tomando en bares y restaurants. Muestra predilección por cierta inocencia en la construcción de los roles de sus protagonistas, como si siempre estuvieran en una etapa de descubrimiento personal. Y encuadra bastante fijo para mi gusto.
Más de Hong Sang-Soo? Le gustan las historias de amor y... hay que reconocer que tiene un estilo propio, claro y sus historias son reconocibles. A su favor, habla de cosas que a los directores occidentales les gusta poco hablar y se permite hacer un cine que con el correr de sus entregas, muestra que hay una enorme diversidad de público para este tipo de propuestas.
A mi, en lo personal, hay películas de Sang-Soo que me fascinan... y otras en las que cabecé repetidamente.
"El día después" está justo a mitad de camino. No creo que sea de las mejores ("El día que él llega" -2011; "Un cuento de cine" -2005 y la tierna "En otro país" -2012 que debe ser de las pocas del director que se estrenó aquí comercialmente, son mis favoritas) pero tampoco es de las más herméticas.
"El día después" presenta una trama de enredos amorosos. El director de una editorial (mujeriego, débil y poco confiable), se desayuna una mañana con la noticia de que su mujer lo acusa de infidelidad. Con una empleada recién contratada en la empresa. Pero claro, hay algunos detalles que la mujer no logra acertar en su primera charla: es cierto, el hombre la ha traicionado, pero con otra mujer. Y la misma, ya no está en la editorial.
Preocupado por todo esto, ¿Qué puede hacer un personaje de Sang-Soo? Beber soju? Una cerveza? Algo así. Y hablar. Mucho.
Como todo el cine de este cineasta oriental, sus acciones están orientadas a que sus personajes tomen contacto con sus problemas de maduración a la hora de llevar adelante sus relaciones amorosas. Largos planos de charla, alguna secuencia que temporalmente intenta o confundirnos o ayudarnos a armar el rompecabezas de emociones que se juegan, y el ritmo habitual de Sang-Soo que, no es para el espectador novato.
Creo que este trabajo no es de los más potentes de su cine, pero sí es interesante que haya podido llegar a salas comerciales. Es una jugada osada de la gente de Zeta Films y hay que saludar esa iniciativa. Este es un cine honesto, austero, distinto pero que tiene mucho por contar.
Y sí es cierto que no es lo que estamos acostumbrados a ver quienes somos más afines al mainstream. Creo en el cine arte, pero no definiría a Sang-Soo como cultor de esa escuela. Me parece que sus historias conectan con un nivel de sensibilidad al que cierto público no accede en forma natural, y eso dificulta su llegada masiva.
Pero volviendo a "El día después", puede decirse que a los fans del realizador coreano, no defraudará. Al público tradicional, les digo que es una buena oportunidad para conocer su cine, en sala. La posibilidad de explorar una mirada distinta en un mundo (cinematográficamente hablando) tan estructurado, puede ser un plato exótico tentador para más de uno. Ustedes sabrán.