Estrena este jueves en el ArteCinema de Constitución, el tercer largo de Cristina Fasulino, productora, guionista y directora de larga experiencia en el medio (comenzó su carrera allá por 1993 escribiendo para televisión), "El día fuera del tiempo".
Luego de "El sur de una pasión" y el documental "Entre vientos y mareas", vuelve a guionar y a ponerse detrás de las cámaras para traernos un film en el que se deslizan muchas ideas y vivencias de su propia experiencia a pocos años de la recuperación de la democracia en Argentina (promediando los 80').
La historia gira en torno a un colegio religioso donde se produjo un crimen. Si bien las autoridades ecelsiásticas del lugar quieren hacerle creer a la comunidad que la muerte de una profesora fue accidental, hay gente que duda. Y ellos son quienes quienes envían a un detective particular, jugado por Gonzalo Urtizberea, quien con su particular observación pronto descubre que hay más de un misterio rondando en la institución.
Hay una niña que en sus dibujos, parece haber anticipado el accidente y deceso de la docente. Pronto, comenzará la investigación y varias subtramas irán desplegandose hasta llegar a integrar el cuadro completo en el que se produjo el hecho.
"El día fuera del tiempo" parte con una curiosa referencia a la cultura maya y uno de sus calendarios, en el cual el año tenía 13 lunas de 28 días. El jornal que quedaba fuera, "el día fuera del tiempo", era como una fecha especial de cara al nuevo período que se abría. Aquí, pareciera ser la intención de la directora de presentar un día en el cual, la ambivalencia de las pasiones pueden llevarte a distintos escenarios, impensados para todos.
El problema principal de esta cinta es su mezcla de géneros. De a ratos policial clásico, por momentos, drama histórico (con el tema de los desaparecidos y la búsqueda de la identidad), ficción con tintes religiosos (hay muchas preguntas girando sin respuesta), y hasta de a ratos, comedia (cuando el investigador, errático y fuera de registro, abusa de algunos tics, como sacar su petaca todo el tiempo para beber en cualquier circunstancia, o cuando el monagillo de curioso flequillo cuenta sus actividades en la sacristía).
Esa fusión de géneros no permite que el film luzca equilibrado y profundice conceptos. Fasulino elige contar una historia de un modo que impide que el espectador se sienta atraído (cuesta mantener la intensidad ante los matices que transmiten cada género que se despliega) y logra solo desconcertar durante la mayor parte del relato. Las actuaciones reflejan esa dirección y empujan al film a un lugar incómodo del cual no logra salir.
Es cierto que hay una intencionalidad de reflexionar políticamente sobre hechos importantes de nuestra historia (las leyes que obstaculizaron el juicio a los militares), pero la forma en que son referidos, es lejana e impersonal.
"El día fuera del tiempo" parte de una buena idea, pero no alcanza a redondear una propuesta aceptable. Otra vez será.