La primera escena, para muchos, es la que predetermina cómo será, o nos caerá, un filme. Y si es así, la primera secuencia de El día que me muera con la protagonista teniendo una crisis de aerofobia, no hace más que bajar las expectativas.
Se sabe que el grotesco y el absurdo necesitan una pizca de ingenio desde el texto para no caer en lo ridículo. Las sobreactuaciones de Betiana Blum y el resto del elenco, lo que habrá sido una marca desde la dirección, tampoco ayudan.
Dina Foguelman ansía volver a ver a sus hijos, que, ya mayores, viven en el exterior. Por aquello de que teme volar no puede viajar a visitarlos, y como ellos, sumamente ocupados en sus quehaceres, no hacen el menor esfuerzo en venir a visitarla, Dina decide hacer una suerte de simulacro de su velatorio.
Si el disparador de esta comedia de Néstor Sánchez Sotelo (Caída del cielo) parece inconsistente, la endeblez del argumento tampoco ayudará en lo que resta de la proyección. Ni con la llegada de los hijos, alguno ocultando algún que otro secreto, el filme levanta la puntería.
A la película elenco no le falta: Roberto Carnaghi, Alejandra Flechner, María José Gabin, Gipsy Bonafina, Soledad García, Alan Sabagh y Mirta Busnelli acompañan a Blum en esta comedia que es grotesca, costumbrista, pero que no da ganas de reír.