Un brote de rabia azota al pequeño pueblo donde vive Virginia. Su prima Anabel llega, sorpresivamente, desmayada. Está afiebrada y débil. Duerme durante el día y a la noche se desvela. El frío, las sospechas, el agobio y los sueños extraños enrarecen la convivencia. Sin embargo, Virginia comienza a sentirse atraída por Anabel.