Esta es una película de género que contiene elementos de terror, ritos satánicos, tensión, secretos, suspenso y leyendas populares. Cuenta con algunas interpretaciones que se lucen más que otras, todo acompañado por una muy buena fotografía de Fernando Locket y filmada en escenarios naturales de la provincia de Tucumán. A pesar de tener varios clichés y momentos gore se generan buenos climas y atmósferas y no tiene nada que envidiarle a otras producciones extranjeras.
El film participó en Selección Oficial del BAFICI, y ganó el Premio de Postproducción en el Encuentro de Coproducción del Festival de Guadalajara 2017.