Una constante provocación
Aquellos espectadores que hayan visto los trabajos de Sacha Baron Cohen saben que encontrarán un humor directo, provocativo y políticamente incorrecto. El actor no tiene términos medios. Después de Borat y Bruno (que en nuestro país salió en DVD), el intérprete regresa de la mano del realizador Larry Charles con El Dictador,
Sacha Baron Cohen se mete esta vez en la piel del almirante Haffaz Aladeen, un líder absolutista opuesto a la cultura de Occidente, que hará lo imposible para que la democracia no llegue a su país, la República de Wadiya. Traicionado por los suyos en un viaje a los Estados Unidos (camello incluído por las calles de Manhattan) y reemplazado por un doble, el disparate está servido.
Con ecos de El gran dictador, la película de Charles Chaplin que caricaturizaba a Hitler y toda la ideología nazi, este relato no ahorra chistes pesados para mostrar el accionar de este personaje siniestro que ostenta poder, molesta a sus interlocutores y manda a matar sin piedad a aquellos que piensan diferente.
La película es más divertida al comienzo (va perdiendo fuerza con el correr de los minutos) pero logra una visión ácida y políticamente incorrecta sobre el mundo de las relaciones diplomáticas. El tema del "doble" como blanco de los atentados y el armamento nuclear también dicen presente en esta historia que incluye el cameo de la infartante Megan Fox, como una de las amantes del mandatario (entre las fotos de las personas que pasaron por su cama se ve a Arnold Schawarzenegger!) y de Edward Norton, en medio de un ajustado reparto integrado por Ben Kingsley y Anna Faris, como la mujer que cambia la vida del protagonista.
Los toques escatológicos (la escena del parto y la masturbación) pueden incomodar al espectador, pero forman parte de un humor despiadado que se convirtió en un sello del actor. En Borat fue un viaje que servía como excusa para filmar un documental que mostraba los prejuicios de la sociedad norteamericana; en Bruno, la burla sobre el mundo de la moda. Y ahora es el turno de la política y sus líderes despóticos. Cabe recordar que Sacha Baron Cohen tuvo papeles secundarios en Sweeney Todd y en La invención de Hugo.