No te metas con Syl
En El ejecutor, el eterno Stallone encarna a un implacable asesino a sueldo al que no habría que molestar demasiado. Pese a que los años le han pasado, al protagonista de Rocky le sigue sentando bien el papel de demoledor, y en esta oportunidad le da prestancia a una película que carece de ella y se mueve bien únicamente por el lado de la acción y los enfrentamientos.
En el film, ya como punto de partida, se puede encontrar alguna similitud con The Last Stand en el sentido de convocar a una figura de gran valor y trayectoria dentro del género como lo son Schwarzenneger en la mencionada cinta y Sylvester aquí, para revalorizar la proyección y cubrir una audiencia mayor, con la diferencia de que Bullet to the head queda bastante relegada si la comparamos con la protagonizada por Arnold.
Básica y resumidamente, en la historia prevalecen los tiros y las personalidades por sobre un guión más que simplón y poco elaborado, esto teniendo en cuenta que lo que se busca es entretener al espectador sin demasiados diálogos sofisticados para ir directamente al grano. A cara de perro, con pocas pulgas y aún conservándose macizo, nuestro personaje principal impone sus propias reglas del juego y no escatima balas a la hora de ejecutar a quien se le cruce en el camino, pese a que su colega casual oriental le cuestione constantemente sus métodos agresivos.
Pasable pero intrascendente, El ejecutor no ofrece nada que no hayamos visto antes, y resulta de esas películas amenas que uno puede disfrutar si algún día encuentra haciendo zapping una tarde noche de sábado.
LO MEJOR: Stallone.
LO PEOR: olvidable, simple, previsible.
PUNTAJE: 5,5