Francia 1805 es el año de la exitosa batalla de Austerlitz para el ejército de Napoleón, una obra maestra táctica del emperador. En ese contexto se mueve un oscuro personaje, François Vidocq, prisionero en una galera, que ya había escapado muchas veces de sus encierros. Se mueve por ambientes sombríos y sucios con otro nombre, escapando de un policía que lo tiene al acecho. El público parece inmerso en una novela de Victor Hugo, más precisamente en Los miserables. Pero no, se trata de El Emperador de París, la última realización de Jean-François Richet sobre la vida de Vidocq, el primer director de la “Seguridad nacional”, cuya vida inspiró al novelista romántico y a Edgar Allan Poe.
El relato se centra en los cinco años en que salió de su turbio pasado para ascender socialmente colaborando con la policía de París como infiltrado, en pos de lograr su amnistía. En cambio, se soslaya la intensa vida amorosa que tuvo el creador de la primera agencia de detectives privados. La aventura, presente en los enfrentamientos con cuchillos, los asaltos, los escapes y las persecuciones, marca el ritmo de un film ágil que no decae en ningún momento. Una gran puesta en escena plena de contrastes, entre la luminosidad de los grandes salones de la corte con un colorido vestuario, y los tenebrosos túneles que transita Vidocq junto a las pocilgas donde se aloja, contribuye al realismo de las acciones. Richet introduce al espectador en un mundo de mentiras, venganzas y favores donde las traiciones se pagan con la vida. Un juego de intereses y alianzas donde nadie es lo que aparenta ser, en especial la joven baronesa que interpreta Olga Kurylenko, una trepadora al igual que el personaje que componía Emma Stone en La favorita (Yorgos Lanthimos – 2018).
No es sencillo el camino que debe transitar Vincent Cassel (Vidocq), los enemigos se encuentran en todos los ámbitos de la sociedad, en su travesía perderá a amigos, partidarios y hasta su amante. August Diehl junto a Denis Lavant son los villanos repulsivos capaces de cualquier atrocidad. Ambos, a su debido momento, tendrán a sus órdenes una banda clandestina, una policía del submundo que parece surgida de La Corte de los Milagros. A ellos deberá enfrentarse el ex delincuente en escenas que no escatiman violencia. Un combo de Cine de Súper Acción, aquel ciclo emblemático de la TV argentina, un elenco de categoría, junto a una dirección de arte minuciosa que deleitará a quienes buscan entretenimiento e ilustración. Valoración: Buena