El titulo de la película dirigida por Manuel González Nieto propone desde el vamos una relación compleja, poblada de estereotipos, con injusticias, conceptos utilitarios, lucha de clases. Pero el realizador se propone y logra mucho más que eso: interpela, incomoda, sorprende, casi desde el inicio de la primera escena, para mostrar que nada es lo que parece y mucho menos lo que aparenta. Por supuesto que están las tensiones entre los poderosos y los humildes, pero a años luz del lugar común. Entre el joven hijo del estanciero, encargado de resolver todos los problemas, con un padre práctico y autoritario y el joven peón que consigue para un trabajo de urgencia, surgirá una relación que recorre peligros, ventajas, cierta solidaridad, desconfianzas, amenazas. Hay temas de paternidad, adicciones, desprecios, excesos, soledades compartidas. Los mundos se rozan pero todo queda a la vista, en posiciones históricamente irreconciliables. Un entorno de campo muy interesante para sorprender, subvertir, y con muy buenas actuaciones, en especial de Nahuel Perez Biscayart.