Primero fue el balneario de La Pedrera (La Perrera), luego la ciudad de Salto (El lugar del hijo) y ahora una estancia en Rivera, casi en el límite con Brasil: parece que Manuel Nieto Zas puede filmar en Uruguay y prescindir de la centralidad de Montevideo. Y es en el interior del país donde el director desarrolló una temática presente en sus tres películas: las tensiones entre el campo y la ciudad, más precisamente, como explicita el título de su último trabajo -El empleado y el patrón, coproducción con Argentina, Brasil y Francia que integra la Competencia Latinoamericana del Festival de Mar del Plata-, entre patrones timoratos (o herederos que les cuesta asumir responsabilidades) y empleados que aprovechan esas vacilaciones.