Retrato de almas solitarias
Un relato gris y melancólico, protagonizado por un puñado de personajes que viven a metros unos de otros y no se conocen. Un edificio parisino es el lugar que los contiene y que también los aleja de un entorno hostil.
Así desfilan por El encanto del erizo, Paloma, una niña de once años que registra a través de la lente de su cámara el mundo que la rodea. Paloma es extraña, observadora y sabe moverse entre los adultos. Asegura que cuando cumpla doce años "se suicidará".
Por su parte, Renée (la siempre convincente Josiane Balasko, una suerte de Brenda Blethyn francesa), es la encargada del edificio, viuda y solitaria que asegura que la gente no la quiere, pero la tolera ("Soy el arquetipo de la portera"). Y por último, el enigmático Señor Kakuro, un viudo que acaba de mudarse. Sus caminos se cruzarán inexorablemente.
El film de Mona Achacher habla de cómo se transforman las vidas de las personas cuando la comprensión y el amor golpean sus corazones. Es una historia con todos los ingredientes de un cuento de hadas y la realizadora espía a través de la cerradura de cada una de los departamentos.
Vidas solitarias, gatos holgazanes, televisores encendidos y tortas caseras. En ese microcosmos el amor todavía es posible. Como el erizo al que se refiere el título del film: espinoso por fuera y refinado por dentro.