Vamos viendo los días que vive David Greenbaum (Alon Pdut) quien debe ingresar a una vida civil a la cual no está acostumbrado, no conoce mucho la vida de sus hijos adolescentes, es una familia sin diálogo, para la empresa que comienza a trabajar arma reuniones en su casa para venderles suplementos alimenticios, todo es un fracaso, su esposa Rina Greenbaum (Shiree Nadav-Naor) es docente y se enamora de un alumno, ellos son israelíes, su hija Yifat Greenbaum (Mili Eshet, muy buenas sus miradas frente a cámara) comienza a relacionarse con los árabes y va a manifestaciones (es de donde nace el título original de la película “más allá de las montañas y las colinas”) y su otro hijo Omri Greenbaum (Noam Imber) rompe ciertas reglas.
Es una historia interesante, la cámara sigue a cada uno de los personajes, tiene algunas metáforas, la música acompaña muy bien formando parte del desarrollo de esa familia que está a punto de estallar y sacarse los demonios internos, tiene buenos toques de ironía, vuelve a mostrar la convivencia entre israelíes y palestinos, cuenta con buenas locaciones y la exquisita banda sonora de Asher Goldschmidt pero el film cae en lugares comunes y le falta profundidad.